Articulos publicados en 2016 El accionar público La ética y la política Opinión Panamá Publicado en La Estrella de Panamá

AMORES ETERNOS

Por Mariela Sagel, La Estrella de Panamá, 24 de enero de 2016

Patéticas, por no decir ridículas y rayando en la cursilería son las cartas que el prófugo cobarde que no se robó ni un “fucking” real de los panameños –como él mismo lo expresó– le escribe al Presidente Varela y que circulan en las redes.  Su autoexilio cumple un año esta semana y su comportamiento en Miami refuerza las sospechas que el maleante no puede salir del país del norte, que tanto alaba, seguramente hasta que le metan una patada, como a todo tonto útil.

Esta segunda misiva más que risa, da pesar, al constatar que el único interés que tuvo el fugitivo como mandatario fue el de hacer obras que lo beneficiaran directamente, como el Metro, que no fue su idea ni su proyecto, pues estaba diseñado desde finales de  los 90, o la ciudad hospitalaria, que se decidió construir al lado de una cantera donde tenía intereses y sin accesos para los miles de panameños que necesitan de sus servicios.  Ahora le dio por preocuparse de la urgente remodelación del Hospital del Niño, cuando fue su gobierno el que bloqueó los fondos para que se pudiera ejecutar y en su lugar, se concentró en las intenciones de construir la descabellada Tusa Financiera, que lo que iba a hacer era valorizar unos terrenos para beneficio de sus acólitos.

De lo que no hay duda es que como dijo recientemente el profesor Miguel Antonio Bernal, tanto el actual Presidente como el anterior, son dos caras de la misma moneda, con otro estilo.  El ex reclama que haya dirección y ejecución, seguramente él ordenaba más que liderar y todos los que hoy purgan cárcel o andan huyendo seguían sus instrucciones ciegamente.  Lamentablemente, si seguimos como vamos, el único beneficiado con la incompetencia del actual gobierno es el mismísimo Ricardo Martinelli, que en sus cartas le jura amor eterno a su ex vice.

La revoltura que se ha dado a raíz de las declaraciones desparpajadas y revanchistas de un magistrado de la corte contra sus colegas no revelan casi nada nuevo, pero sí la clase de lúmpenes intelectuales que ocupan inmerecidamente las altas posiciones en la institución que debe regir la justicia.  Y hasta de las catacumbas han salido los sepulcros blanqueados a exigir que se debe hacer una barrería en ese órgano del estado, pero del decir al hacer hay mucho trecho.  No vi a algunas de esas personas “notables” decir esta boca es mía cuando el gobierno avasalló a la población indígena, a los colonenses, amenazó a los comunicadores sociales y no le importó con los quemados en el Centro de Cumplimiento. No fuimos con pailas ni velas a exigir justicia frente al Avesa.  En cambio, cuidamos de los que sobrevivieron, adquiriendo sus medicamentos y ocupándonos de sus tratamientos y del bienestar de sus familias.

La situación en el Palacio Gil Ponce está tan explosiva que seguramente se enciende un fósforo a tres cuadras y el edificio explota.  La reelección del nefasto presidente que se ha prestado para tantas acciones oscuras durante su paso por esa entidad, y las dos anteriores (Procuraduría y Fiscalía) es un pésimo precedente que revela la manipulación del poder, ya sea desde el ejecutivo o desde Miami, que al final vienen siendo lo mismo.  Y todos juegan al jueguito de declararse impedidos en llevar a cabo el juicio por el que debe atravesar el prófugo.  Si seguimos así, habilitarán a su fiel vocero y su perra de presa a decidir.

Si se lee entre líneas las cartas de amor que le envía desde Miami el ex presidente a su sucesor y vicepresidente (y no olvidemos que canciller por 26 meses) resalta que no hay ninguna mención a los temas educativos, de salud (aparte de las infraestructuras, que lo iban a beneficiar económicamente) ni mejoría en el agro.  Así estaban las cargas en ese gobierno de empresarios, que invirtió millones en equipos de tecnología en la Caja de Seguro Social, pero para sacar un paz y salvo se hace manual y casi artesanalmente.  Empecemos por poner las cosas en su justa perspectiva.