La ética y la política Opinión Panamá Publicado en La Estrella de Panamá

Embustero, cínico y descarado

Domingo 8 de noviembre de 2015 

Siguió diciendo que era un perseguido político sin razón, aunque las razones sobran, las de ahora y las que vendrán

Mariela Sagel
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El 4 de Noviembre nos amanecimos con una entrevista de CNN al expresidente Ricardo Martinelli, en la que estrenaba una barba que, si se la deja, se podrá camuflar para salir en el fastuoso desfile de Navidad del alcalde, con el que salió abrazado en una foto en la campaña del 2009 en la esquina donde antes estaba la Escuela Gastón Faraudo, en avenida Justo Arosemena. Los despropósitos que dijo el prófugo de la justicia, acuartelado en Miami al amparo de los gringos —mientras tanto les convenga a ellos— no tienen parangón con la realidad que vivimos en Panamá, solo en una cosa: las hizo casi todas junto al hoy presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, a quien acusa de llevar al país al despeñadero.

Dijo el también diputado del Parlacen (al que se fue a cobijar después de haber dicho que era una cueva de ladrones, lo que ratificó al refugiarse allí) que Panamá está casi como Venezuela, lo que es una mentira que seguramente ni él se la cree, porque su cadena de supermercados acaba de abrir cinco locales más y su abnegada esposa protesta devotamente a diario para que liberen a su consuegro, preso por estar involucrado en las escuchas telefónicas de muchos panameños que vimos nuestros derechos humanos violados, al igual que hizo con los que protestaron por la Ley Chorizo y otras violaciones que tanto él como su adlátere Mulino perpetraron, durante lo que creyeron fue su reinado.

Siguió diciendo que él había empezado obras que no se han continuado, lo que tampoco es cierto. Endeudó al país más que todos los Gobiernos anteriores, incluyendo a los militares y solo el Metro, que era un proyecto diseñado durante el Gobierno de Pérez Balladares, pudo ejecutar. Las otras ‘obras ‘ son un testimonio de su falta de escrúpulos.

Siguió diciendo que era un perseguido político sin razón, aunque las razones sobran, las de ahora y las que vendrán. Sus fieles gladiadores están pagando días de encierro, algunos en sus cómodas mansiones, otros en celdas alejadas de la Joya y otros en el Renacer. Los que fungieron como tontos útiles de los Francolini, Corcione o Shamah sí están en calabozos sin esperanza de un proceso justo. Y eso que solo se ha investigado un par de travesuras que hizo durante cinco años, a lo mejor nunca sabremos a cuánto asciende el monto del atraco al erario que perpetró el ‘perseguido ‘ de Miami.

Recientemente se ventilaron algunas instancias que revelaban cómo su estructura mafiosa para delinquir contaminó a sus hijos, los cuñados de sus hijos y su familia extendida. El escándalo de las hidroeléctricas de Veraguas no ha sido del todo investigado, quizá por las fiestas patrias o por impedimentos del actual Gobierno que pudo haber tenido algo que ver en todo esto. Lo cierto es que los chicos Martinelli, junto con el cuñado de uno de éstos, tomaron libremente su avión particular, al igual que lo hizo el cuñadísimo y pusieron pies en polvorosa. Y doña Martita, tan chic, tuiteando y protestando mientras el marido se da la gran vida en Miami. Ni pizca de lástima debe darnos esta señora, porque es cómplice de todo y lo avala todo, como lo ha hecho siempre.

Llega al descaro de decir que su sucesor ha abandonado los temas educativos, de salud y agropecuarios, cuando fue su Gobierno de locos el que le hizo un daño irreversible a estos rubros. Solo con su manera de expresarse y vestirse en público demostraba su falta de educación. Y no debemos olvidar que fue su flamante y apolítica ministra de Educación la que primero fue indagada por el criminal acto de darle comida envenenada a los niños pobres.

Es bueno que esta entrevista divulgada en un medio internacional revele el verdadero rostro del demente que en un momento nos gobernó y al que algunos panameños extrañan, porque ‘robó pero hizo ‘, lo que es una aseveración y actitud inaceptable e irresponsable.