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Entrevista a Rosa Beltrán en la FIL Panamá 2016

Por Mariela Sagel, Ego, 17 de agosto de 2016

Rosa Beltrán, con apenas 35 años, ganó hace dos décadas el Premio Planeta-Joaquín Mortiz 1995 con “La Corte de los ilusos”, la historia del único emperador mexicano, Agustín Iturbide que quiso crearse un imperio a imagen y semejanza de los existentes en Europa, de los cuales México acababa de independizarse (1821).  Su corte y mandato fue efímero y Rosa Beltrán creó un revuelo con este libro que algunos calificaron que se alejaba de la novela histórica y otros han elogiado como “un retrato esperpéntico de lo que era aquella corte de opereta, un doble México con muchos reflejos de la realidad actual, escrito en un tono de ironía, de ternura y con bastante humor” según Arturo Pérez Reverte.

Portada de la reedición conmemorativa del libro «La corte de los ilusos»

Rosa Beltrán estará en la Feria del Libro de Panamá hoy para presentar este maravilloso libro, reeditado en su 20 aniversario, y a conversar de otros temas que a todos nos dejarán con ganas de seguir leyéndola y oyéndola.

MS: Cuando ganaste el premio Planeta-Joaquín Mortiz tenías 35 años y recibiste críticas muy elogiosas. ¿Qué representó ese premio para ti con un tema tan mexicano?

Esa situación me hizo ser reconocida por la crítica y leída por muchos lectores, dentro y fuera del país, pues la novela se publicó en España, Colombia, y otros países latinoamericanos. Fue una avalancha de presentaciones, invitaciones a ferias, etc. Aprendí que ser escritora en esta época no es sólo sentarse a escribir. Pero también supe que lo más importante es sentarse a escribir.

Es y no es un tema “mexicano”. En cierta forma es un tema latinoamericano y de los países que han sufrido un proceso de colonización. Es una historia fascinante. Explorar la identidad a partir del momento en que para independizarnos de un imperio no se nos ocurre mejor idea que fundar otro a imagen y semejanza de aquél del que nos independizamos. Esto habla de lo que aún somos los mexicanos y los latinoamericanos, con muchos rasgos de coloniaje. Pero también me interesó -y me interesa, pues está en toda mi obra- situar al Hombre Público en el ámbito de la vida privada. Explorar el poder de las mujeres, ese matriarcado invisible Es otra forma de escribir la historia.

MS: Por ese libro, que hoy conmemoras 20 años de haber sido publicado, recibiste elogiosa críticas, de grandes escritores, como Elena Poniatowska, Arturo Pérez Reverte, Alí Chumacero y R.H. Moreno Durán. ¿Te animaron estas críticas a seguir con la investigación meticulosa y la imaginación desbordante que tienes?

Por supuesto. Me hicieron saber que estaba en el camino correcto: el de hacer ficciones convincentes que podían gustarles a autores como ellos, a quienes leo con mucho gusto y admiro.

MS: ¿En “La Corte de los ilusos” realmente reinventas la historia del único emperador mexicano? Leí que basaste la novela en una tesis doctoral que habías hecho sobre ese período de la historia de México….

Rosa Beltrán, escritora y académica mexicana, con un ejemplar de su libro

La tesis doctoral que escribí en UCLA y que se publicó (América sin americanismos) es una larga investigación sobre los viajes de descubrimiento y conquista de América; sobre las distintas maneras de vernos que tenemos los norteamericanos y los latinoamericanos. La novela es una ficción sobre los ocho meses de imperio. Está basada en hechos reales, pero como toda obra literaria tiene licencias poéticas, por ejemplo: ¿qué hizo que la hermana del emperador se fijara en López de Santa Anna? ¿Cómo recibió esta noticia Iturbide? Esas son cosas que quedan a la imaginación del escritor.

MS: ¿Eres una escritora de manías, de horarios o rituales? ¿Eres de ruta o de mapa, como dicen ahora?

En general, soy una escritora que deja que el lenguaje trabaje por sí mismo, que sea él quien empiece a construir a los personajes, a “dejarlos hablar”. Un tono, un ritmo son muy importantes en el trabajo de encontrar al narrador. Pero hay que tener un cierto mapa. Saber hacia dónde se dirige la historia ayuda mucho.

MS: Recientemente estuviste de jurado de la primera versión del Premio Spiwak Ciudad de Cali. ¿Cómo evalúas la calidad promedio de las obras presentadas? ¿Hay esperanzas de buenas plumas en este continente?

Hubo muy buen nivel entre los finalistas. La característica más notable, además de ésta, es la diversidad de lo que se escribe y no tanto de cómo se escribe.

MS: ¿Es tu primera vez en Panamá? ¿Qué esperas de este país, que ha sido castigado con una desigualdad desmedida en medio de tanta riqueza?

Es mi segunda vez. Antes vine a presentar “El cuerpo expuesto”, mi más reciente novela. Espero encontrar nuevos lectores, tender puentes porque nuestras realidades sociales no son tan distintas. Compartimos una lengua y un pasado; compartimos imaginación y creatividad para encontrar formas que nos ayuden a soñar nuevas realidades para nuestros países.

MS: Finalmente, ahora que eres académica de la lengua, ¿qué retos tienes por delante en esa institución?

Abrir el canon, traer a la mesa de la discusión obras literarias que han sido dejadas de lado por distracción, por razones mecanicistas o por ceguera de género.