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Escuadrones paisajistas

MARIELA SAGEL
El Siglo, 1o. de julio de 2013
En la Facultad de Arquitectura cursamos materias de paisajismo, con el fin de inducirnos a integrar a las actividades que se desarrollan en un espacio las modalidades visibles, tanto físicas como emocionales. Nos hacían mucho énfasis en mantener áreas verdes para conservar el balance entre lo natural y los elementos que modifica la mano del hombre. Tuve profesores tan maravillosos y únicos como el pintor y arquitecto Guillermo Trujillo, así como el muy recordado Guillermo de Roux. De ellos y otros, no menos destacados, mantengo ese amor por la naturaleza y el integrarla al entorno.

Durante mis viajes me fijo en el paisajismo en las ciudades. En Canadá he observado con mucho detenimiento cómo florecen en primavera tanto los árboles como las macetas, que tienen que sembrarse todos los años porque no son perecederas.

La constante es una: el Municipio tiene un departamento encargado de ese aspecto, y da envidia que con un clima tan inclemente, con el triple de trabajo que se tiene que hacer (sembrar dos veces al año, y mantener aquellas plantas que mueren en el invierno), ofrezcan un espectáculo tan impresionante.

Una ciudad que ofrezca un paisajismo cuidado y meticulosamente mantenido da sentido de pertenencia, y de eso deriva el término, ya que etimológicamente la combinación de país y aje es la acción de hacer país y ofrece una identidad a los habitantes dentro del entorno de donde provienen. Si bien la Cinta Costera ahora tiene un pequeño jardín diseñado con sentido de pertenencia, no fue así en su construcción, cuando se sembraron árboles que no dan sombra y no se aprovecharon adecuadamente las áreas a lo largo de la costa.

Para que la ciudad, el corregimiento o el barrio sientan como propias las áreas verdes y los jardines que les son comunes, valdría la pena hacer un esfuerzo de colectividad en el que se podrían sumar los habitantes, por cuadras, calles o avenidas y hasta hacer competencias entre ellos. Siempre se construye un sentido de pertenencia si se comparte la responsabilidad. Se pueden crear escuadrones, una especie de gladiadores paisajistas, que velen que los árboles, los maceteros y los jardines comunales ofrezcan siempre el mejor aspecto, y a su vez, sean un orgullo para sus habitantes.

El paisajismo requiere mucha observación, habilidades de diseño y planificación, junto a creatividad, organización e imaginación. En cierta forma, es la forma en que el ser humano se expresa. Es multidisciplinario y multidimensional, se mira en volumen, tiempo que requiere y la interacción con los seres humanos. No necesitamos grama artificial con un clima como el nuestro, ese despropósito de ponerla en la estatua de Einstein no debe repetirse.