Cultura Farandula Opinión Panamá Publicado en La Estrella de Panamá

Joaquín Sabina, en carne viva

Domingo 24 de mayo de 2015 

Antesala al concierto de este 28 de mayo. La soledad, el romance y la sociedad revelados tras el matiz del lirismo ‘sabinero’.

Mariela Sagel
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Parece mentira que finalmente vamos a tener al cantautor Joaquín Sabina en un concierto en ciudad de Panamá. Y digo finalmente porque de América Latina solamente hay tres países donde no ha cantado, y uno de ellos es Panamá, donde se presentará el 28 de mayo, en el Teatro Anayansi.

Sabina arriba a nuestro país como parte de una gira internacional, una continuación de la que se inició en España en marzo pasado, a raíz de la salida de su última producción discográfica y DVD. 500 noches para una crisis ha sido el título escogido por Sabina para conmemorar el décimo quinto aniversario de su gran éxito ‘19 días y 500 noches’, con el que puso fin a su prolongada juventud (tenía 50 años cuando esta producción fue lanzada, en 1999).

En mayo viajó a México, con toda su banda y los técnicos que se aseguran que el show que ofrece es de una extraordinaria factura, y desde entonces, en más de cuatro ciudades mexicanas, entre tequilas y mariachis, ha estado presentándose, con aforo completo en los teatros, como por ejemplo, tres noches seguidas en el Auditorio Nacional del Distrito Federal.

Sabina no es cualquier cantante, es un intelectual superlativo, un poeta, un escritor. Estudió filología románica y tiene a su haber varios libros. Siente verdadera pasión por los versos del peruano César Vallejo, del chileno Pablo Neruda y del español Ángel González. Su devoción por la obra de este último quedó plasmada en la canción Menos dos alas , del álbum Vinagre y Rosas .

MÚSICA Y BIOGRAFÍA

Su biógrafo oficial, Javier Menéndez Flores, ha publicado dos sendos tomos que son imprescindibles para deambular por la fascinante vida de este destacado cantante, el más emblemático de la música contemporánea: Perdonen la tristeza y Sabina en carne viva .

Con una fusión de rock and roll, rumba, flamenco, rap, tangos y música mexicana, Joaquín Sabina es un fenómeno que no deja de sorprendernos, especialmente por su personalidad atractiva, su vasto conocimiento de los temas de actualidad, su pasión por la política, su predilección por el Atlético de Madrid; sus hábitos nocturnos, su familia y su Jimena, la ‘peruana feroz’, que comparte su vida desde hace 15 años.

Las mieles de la fama no han logrado corromper su entereza: daría la vida por sus amistades, entre las que se encuentran Joan Manuel Serrat, a quien llama su primo -sus grandes amigos se convierten en primos-, con el que ha realizado dos giras internacionales. Otros ‘primos’ suyos son Luis García Montero, poeta, escritor y esposo de la escritora Almudena Grandes, que recientemente se ha presentado a un puesto de elección popular; y Pablo Milanés, con quien compuso una canción dedicada a las ‘santas mujeres de pago’ (La Magdalena).

Sabina no come mucho, pero le gustan las otras, los escargots y el caviar. Su magnetismo sobre el escenario es electrizante, y sus canciones se convierten en himnos. Es por ello que en el mundo cuenta con hordas de seguidores. Sus páginas web suman millones, pero él no utiliza ni celular, ni computadora (ordenador). Tampoco maneja automóvil. En España no puede salir sin que sus fanáticos le soliciten una foto o un autógrafo.

Es un fenómeno del espectáculo, pero lo es más de la intelectualidad por el altísimo contenido de los mensajes que transmiten sus canciones. En ellas hay una constante, una nostalgia o tristeza que se hace crónica en temas como Por el Boulevard de los sueños rotos , Calle melancolía , Que se llama soledad , Cerrado por derribo , y muchas otras más.

Escribe canciones como si lo persiguieran los perros del diablo. También pinta y sus obras podrán ser apreciadas en el fondo del escenario del show a presentarse en Panamá. Todas sus obras son muy elocuentes y lúdicas.