Cultura Panamá Publicado en La Estrella de Panamá

La libertad siempre llama

Domingo, 1 de junio de 2014  La Estrella de Panamá

Recientemente el monje y autor Frei Betto, uno de los ideólogos de la teoría de la liberación, ofreció una conferencia en Panamá

Mariela Sagel
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Durante su visita a Panamá el monje dominico Frei Betto, una de las figuras emblemáticas de la llamada teología de la liberación, compartió dos eventos extraordinarios: la primera reunión fue una tertulia organizada por los directivos de la Ciudad del Saber; mientras que la segunda consistió en una conferencia magistral dictada ante un público ávido por conocer lo que anticipaba el título de la misma -‘Los movimientos sociales en América Latina’-, y que también tuvo como escenario ‘La Ciudad del Saber’.

Carlos Alberto Libànio Christo (mejor conocido como Frei Betto) es uno de los exponentes más connotados de la denominada ‘Teología de la Liberación’, una corriente teológica que nació en la Iglesia Católica Latinoamericana después de la celebración del Concilio Vaticano II y de la Conferencia de Medellín, que se celebró en esa ciudad en 1968. Tiene casi 70 años, pero no los aparenta.

Betto me confesó, en broma, que esto se debe a la vida monacal que ha llevado. También tiene cuatro años de cárcel a cuestas, durante la época de la dictadura militar de Brasil, su país de origen. Oriundo de Belo Horizonte, Betto estudió periodismo e ingresó a la orden de los dominicos, en 1966. Posteriormente estudió filosofía y teología.

Próximamente editará su libro número 60. Es un autor versátil, que ha abordado temas infantiles, ensayos, novelas, obras de teatro y cuentos. Todos los géneros menos la poesía. La obra Fidel Castro y la religión fue la obra que catapultó su nombre en el ámbito literario. La escribió luego de una conversación de 23 horas con el líder de la revolución cubana. La publicó, por primera vez en 1985, como un examen general de las relaciones de la Iglesia Católica con el socialismo. Es, sobre todo, una revisión de las propias ideas de los interlocutores alrededor de esa relación, en la historia y en el presente, en Cuba y en el resto del mundo. Esta obra rompió esquemas, abriendo espacios de diálogos que se han ido ampliando.

LLAMADO REVOLUCIONARIO

Recientemente se divulgó una visita que Frei Betto le hizo a Fidel. Tal parece que lo visita una vez al año, y que mentalmente se encuentra en un inmejorable estado, con una agilidad envidiable que guarda intacta su privilegiada memoria.

Betto comenzó su vocación social y de servicio a partir de los 13 años, bajo una visión muy progresista, a través de la acción católica. No ha militado en partidos políticos, pero se considera discípulo de un prisionero político, llamado Jesús, que fue condenado a muerte por dos poderes políticos. El gran desafío para él es no tener fe en Jesús, sino tener la fe que tuvo Jesús.

DE FAVELAS Y SINDICALISMO

En dos circunstancias de su vida Betto ha vivido en favelas. En una de esas ocasiones conoció a Luis Inácio Lula da Silva, de quien se convirtió en asesor cuando éste llegó a la presidencia del Brasil.

No permaneció mucho en el puesto. Apenas dos años y en sus propias palabras: ‘Lula me invitó a trabajar con los más pobres de los pobres, los hambrientos (es decir, con cerca de 45 millones de personas). Pero después de dos años hubo un cambio en el programa: lo que era un programa emancipatorio, con el tiempo se fue transformando en un programa electoralista. Se descubrió que conviene mantener a las familias en la dependencia permanente del gobierno porque esto resulta en más votos en las elecciones. Esa descaracterización de un programa emancipatorio hacia un programa asistencialista, me hizo dejar el gobierno’.

Betto mantuvo a la audiencia que se dio cito en la Ciudad del Saber al borde de su asiento, prácticamente sin respirar. Señaló que la religión no es lo que provoca las guerras, sino la humanidad, que es la que instrumenta esas guerras. No vivimos un cambio de época, sino una época de cambios, una que no habíamos experimentado en 500 años.

A pesar de su ‘portuñol’ se hacía entender muy bien. Medio en broma y medio en serio dijo que le llamaba la atención que al referirnos a los negros se les decía que eran ‘afrodescendientes’ pero que no había escuchado a nadie referirse a la raza blanca o descendiente de españoles o Portugueses como ‘ibero dependientes’, lo que es una nueva forma de discriminación.

UNA ÉPOCA DE CAMBIOS

Para el fraile dominico, una época es determinada por un paradigma y el de este cambio de época es la ciencia y la tecnología con abismales discrepancias, porque si bien la ciencia avanza al punto que hemos puesto los pies en la Luna, no hemos podido erradicar la desigualdad.

Alegó que mucho se habla del fracaso del socialismo, pero no se menciona el fracaso del capitalismo y que la época denominada modernidad terminó cuando cayó el Muro de Berlín, y de allí se inicia la post modernidad. Recordó que Francis Fukuyama, en sus quince minutos de celebridad, –como señaló acertadamente Giovanna Benedetti en un brillante ensayo recientemente–, había declarado que ‘la historia ha terminado’, lo que ha resultado un rotundo fracaso y una trasnochada hipótesis.

Defensor de los gobiernos populares -y con teorías avanzadas en la concepción de un estado participativo- insistió que actualmente no interesa que haya ciudadanos sino consumidores, y que con el neoliberalismo haya desaparecido la historicidad. Ha quedado demostrado así que a medida que la utopía se reduce el consumo de droga aumenta.

El tema viene al callo, como dicen los chilenos, para repensar la abolición de la cátedra de historia de las relaciones de Estados Unidos con Panamá. El nuevo cartesianismo que prevalece, insistió, es: consumo luego existo. En relación a los paradigmas que han acompañado los tiempos, estos son, la religión y la razón. Ahora los nuevos son la globalización o globo colonización y la mercantilización.

TEÓLOGO DE LA LIBERACIÓN

La teología de la liberación ha intentado responder a la interrogante de cómo ser cristiano en un continente oprimido, y resolver preguntas: ‘¿Cómo conseguir que la fe no sea alienante sino liberadora?’.

La Iglesia católica ha mantenido una postura cauta frente a la Teología de la liberación, aunque Juan Pablo II señaló en su momento: ‘La teología de la liberación es, no solo oportuna, sino útil y necesaria’. Sin embargo, su sucesor Benedicto XVI, cuando era cardenal, estuvo abiertamente opuesto a ella. Toda una entelequia en un continente por el que han pasado curas guerrilleros y acerca del cual Betto comentó que resultaba indispensable un diálogo que partiera de una posición para nada dogmática, porque ‘muchos cristianos han transformado su fe en una ideología, y muchos marxistas han transformado su ideología en una religión’.

Para el fraile dominico, el único continente donde existe la esperanza de cambio es América Latina, que ha pasado por un proceso de dictaduras militares, dirigentes mesiánicos y que ahora experimenta gobiernos populares democráticamente electos. Betto recuerda que el fascismo consiste en la historia de las insatisfacciones con protestas sin propuestas, y que ambos partidos, el de Hitler y el de Mussolini usaron el nombre de socialismo.

Un tema inevitable es la próxima cita mundialista, que arranca en un par de semanas. Resaltó que aunque Brasil no ha podido erradicar la pobreza, se han construido 12 estadios deportivos donde se celebrarán los juegos, lo que seguramente detonará una bomba de tiempo.

Entre la miríada de temas tratados, Betto concluyó su disertación reclamando como una tarea urgente la necesidad de diseñar políticas destinadas a ayudar a los más pobres, para que de esta manera se desarrollen economías favorables para los más ricos.