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LOS LIBROS DE LEILA SLIMANI

Por Mariela Sagel, Vida y Cultura, La Estrella de Panamá, 15 de mayo de 2020

     Hace dos años y por pura casualidad, encontré en la Librería de Panamá Viejo una novela de Leila Slimani titulada “Canción dulce”, editada por Cabaret Voltaire, un sello de la Editorial Gallimard.  Justo hacía unos días la había puesto en mi lista de deseos de Amazon, pues me llamó la atención la temática y de que la autora fuera una mujer relativamente joven (ahora tiene 39 años).  Mi alegría fue inmensa de encontrarla, pero la sorpresa fue mayor que apenas la empecé a leer, no la pude soltar.  La fajita del libro decía que había ganado el Premio Goncourt 2016 (año en que se publicó).  Este premio, que es una especie de Nobel de las letras francesas, se instituyó en 1903 y más que valor crematístico (su dotación es mínima), tiene inmenso prestigio y el mercadeo que se le hace es una garantía de ventas exitosas.  Se premia una obra publicada en el año que se otorga.

     Y es que Slimani, además de muy joven, de padre marroquí y madre franco-argelina, solamente tiene a la fecha cinco obras publicadas, y fue con su segunda novela, Canción Dulce, que se alzó con el galardón.  La primera, “En el jardín del ogro” es otro libro que donde lees la primera página, ya no puedes soltarla.  También es autora de un comprometido libro de testimonios sobre la vida sexual en Marruecos titulado “Sexo y mentiras”, publicado por la misma editorial.  Estos dos libros los conseguí en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara en diciembre pasado, donde la autora estuvo presente.

LEILA SLIMANI

     Nacida en Rabat, capital del Reino de Marruecos, se crio en una familia de habla francesa.  Apenas terminó su educación secundaria en el Liceo Francés se trasladó a París a estudiar en el Instituto de Estudios Políticos de la capital francesa.  Aspiraba a ser actriz de teatro, pero se decantó por complementar sus estudios en el ESCP Europe Business School, orientada a los medios de comunicación.  Empezó con una pasantía en L’Espress y de allí tomó un curso de creación literaria en la editorial Gallimard.  A partir del año 2008 laboró en la revista Jeune Afrique, responsable de los temas relacionados con el norte de África y en 2012 decidió dedicarse por entero a la escritura, aunque hace trabajos free lance para la revista.

     Su primera novela, “En el jardín del ogro” ( Dans le jardin de l’ogre) fue adquirida para una adaptación cinematográfica. Por su temática, fue finalista del premio de Flore, de París.  La novela vendió 15,000 ejemplares en Marruecos y al año siguiente le fue concedida el Premio Literario de la Mamounia, que se otorga a un autor marroquí en lengua francesa y se convirtió en la primera mujer en recibirlo.

Leila Slimani

     Con su segunda novela, “Chanson douce”, obtiene el Premio Gouncourt.  Al año siguiente publica el ensayo al que me referí.  En la actualidad es la representante francesa en el Consejo de la Francofonía.  También ha participado en política, ya que apoyó, junto a un grupo de personalidades, a Emmanuel Macron para evitar el ascenso de Marine Le Pen.  Ese año de elecciones francesas recibió el premio “Out” de oro por su condena a la penalización de la homosexualidad en Marruecos y al control del cuerpo de las mujeres

EN EL JARDIN DEL OGRO

     Es un libro de 279 páginas y me lo leí en 2 días porque no lo podía soltar.  Trata del tema de la adicción sexual femenina en un personaje representado por Adele, periodista, que tiene una vida holgada, casi perfecta, un esposo cirujano, y un hijo de tres años.  Viven en Montmartre en un amplio departamento y aspiran a mudarse a la campiña, donde su marido es requerido para dirigir una clínica.  Detrás de la apariencia de cotidianidad y armonía, Adele tiene la necesidad insaciable de coleccionar conquistas o, mejor dicho, ir tras hombres para sostener una relación sexual casual.  El “leit motiv” de la novela es la de un cuerpo esclavo de sus pasiones o urgencias, lo que convierte la narrativa en una novela feroz y visceral sobre la adicción sexual y sus implacables consecuencias.

     Según el médico argentino Walter Ghedin, psiquiatra y sexólogo, la adicción al sexo se define como “la presencia de impulsos, fantasías, pensamientos recurrentes de índole sexual que llevan a conductas compulsivas, ocasionando malestar subjetivo y deterioro en las distintas áreas de su vida».  Es tan peligroso como la adicción que tienen los opiómanos o los ludópatas.  Adele desdobla su personalidad por esas conquistas fugaces las que, según mi lectura, nunca llegan a darle completa satisfacción por el simple hecho de que las escoge para un momento y no disfruta o se hace adicta a un hombre, sino al hecho de caer en la tentación.

     Al enterarse su marido no la repudia, la trata como una paciente y le va cortando las alas, en un intento, al parecer, de que se cure.  Al fin y al cabo, es médico.  Adele tiene una sola amiga que sabe de su adicción y la que le sirve de coartada para cuando se va a perseguir hombres en medio de la noche.

CANCIÓN DULCE

     Esta es otra novela feroz y hasta devastadora, y tampoco la puedes soltar.  La historia es la de una familia que tiene dos niños, y el anhelo de la madre, de reemprender su carrera laboral como abogada, a pesar de la reticencia de su marido, los hace buscar una niñera.  Después de un minucioso examen de candidatas, entra en la vida de ellos Louise, que se convierte rápidamente en una figura imprescindible en esa familia.  Así, poco a poco, la trampa de la interdependencia va a convertirse en un drama.

     Esta novela es un thriller que está narrado de manera directa, incisiva y tenebrosa, y va develando los problemas de la sociedad actual, con su concepción del amor y de la educación, del sentimiento y del dinero, de los prejuicios de clase y culturales.

     De ella anotó el escritor español Jesús Ferrero en Babelia, suplemento de El País, “Esta espléndida novela envuelve al lector desde el principio, con su atmósfera sofocante y sus personajes perfectamente configurados y analizados”.  El Cultural, suplemento de El Mundo, bajo la pluma de Rafael Narbona dictaminó “Excelente novela, que aborda sin miedo la frustración, la soledad, el resentimiento y la locura.  Es verdadera literatura, porque duele y perdura en la memoria como un eco helado y persistente”.  También se ha dicho de ella que “Es una de esas obras maestras que hay que leer, releer, y tener en casa para volver a ella cada cierto tiempo.  Si piensas leer un solo libro en este año, piensa en Canción Dulce”.

     Dos novelas imperdibles de una autora que todavía tiene mucho que darnos, para deleite de los que gozamos la buena literatura.  Leila Slimani es además una mujer guapísima y muy agradable y los temas que ha escogido para estas dos novelas y el ensayo “Sexo y mentiras”, donde demuestra cómo la sexualidad es un poderoso medio de control político son deslumbrantes.  Para ella “Una mujer cuyo cuerpo se somete al control social no puede cumplir plenamente su papel de ciudadana”.