Publicado en El Siglo

UNA ACTITUD INCOMPRENSIBLE

Por Mariela Sagel, en El Siglo, 22 de noviembre de 2021.

     Los argumentos que han esgrimido los antivacunas me parecen tan pueriles como pensar que los niños los trae una cigüeña desde París.  Y no es un fenómeno de los panameños, los turcos, o los ignorantes, es a nivel mundial.

     Sobre los panameños quisiera exponer que si no fuera porque, como dicen que decía Voltaire:  “detesto lo que escribes, pero daría mi vida porque lo siguieras haciendo” respeto que se manden sendos artículos exponiendo sus argumentos contra las vacunas, pero gente a la que respeto, que incluso admiré, y que creo que son personas inteligentes, instruidas y versadas en sus temas profesionales (que la mayoría de las veces no están ni cerca de la medicina) se hayan unido a esta campaña que está arrastrando al país a una quinta ola de contagios es por demás irresponsable.

     En Estados Unidos hay empresas que han despedido a cientos de empleados que no se han vacunado porque no quieren.  Es que, al no estar inmunizado, estás exponiendo a todos los demás, y eso es irresponsable.

     En Canadá también están aplicando leyes que fuerzan a las personas a vacunarse, y ya van entrando en la vacunación infantil.  Aquí en Turquía, algunos se resisten con la excusa de que la vacuna causa infertilidad, que no es tal.  Y en Alemania no pueden obligar a la gente a vacunarse, por eso están retrocediendo en el control del virus.

     Es irracional defender que uno no debe vacunarse.  Desde que nacimos nos ponen vacunas nada más pegar el primer grito.  Cada cierto tiempo los niños reciben sus dosis y todavía hoy hay países que exigen vacunas para ciertas enfermedades.   La viruela, la poliomielitis y ahora hasta la influenza se controlan por inocularse contra ellas. 

     El Canal de Panamá no hubiera logrado construirse si no se hubiera erradicado la fiebre amarilla, gracias a los doctores William C. Gorgas Carlos Finlay.