Facetas Literatura Pobreza Publicado en La Estrella de Panamá

Una silla junto a los grandes

JUSTO ARROYO, NUEVO ACADÉMICO
MARIELA SAGEL
Facetas, 23 de febrero de 2014
Sabía que estaba destinado a sentarse en ella algún día, como un trono conquistado hace tiempo pero que aún mantenía su distancia. Pero a partir del jueves 20 de febrero todo cambió. Finalmente la silla ‘H’ -en la que en su momento se sentaron Demetrio Fábrega y Ricardo J. Bérmudez- estaba a su alcance.

Como ha sucedido con otros autores, tuvo que abrirse camino a base de trabajo y talento. Primero tuvo que pulir su estilo, hacerse un nombre como escritor, ganar el Premio Ricardo Miró en ocho ocasiones. Ése fue el camino que tuvo que recorrer Justo Arroyo para ganar un espacio dentro de la Academia Panameña de la Lengua, junto a autores de la talla de Guillermo Sánchez Borbón, Dimas Lidio Pitty y Guillermo Ros -Zanet. Un justo reconocimiento al autor de obras como Semana sin viernes, Para terminar diciembre, Lucio Dante resucita, La Gayola, Dejando atrás al hombre de celofán, Héroes a medio tiempo, Vida que olvida, entre otros libros.

Con Justo Arroyo, Isabel Damián y Yolanda Crespo
INGRESO A LA ACADEMIA PANAMEÑA DE LA LENGUA
Un académico justo a la medida
MARIELA SAGEL
Arroyo se sentará en el lugar que antes ocuparon Demetrio Fábrega y Ricardo J. Bermúdez. Un sitial digno de un escritor que ha ganado el premio ‘Ricardo Miró’ en ocho ocasiones
El pasado jueves, en un acto que tuvo lugar en la ‘casona’ de la Academia Panameña de la Lengua, el escritor Justo Arroyo asumió su lugar en la silla ‘H’ de la Academia Panameña de la Lengua, la misma que anteriormente fue ocupada por autores de la talla de Demetrio Fábrega Arosemena, Héctor Conte Bermúdez y Ricardo J. Bermúdez.
En ese recinto mítico fue acogido el escritor colonense, en la voz de Margarita Vásquez, la académica que lo recibió, ‘–cuya urgencia de formarse como escritor conmueve–, el joven Arroyo abrió los ojos allí mismo a la literatura en los alrededores del cincuentenario de la República de Panamá, e inició su estudio e indagación sobre la herencia que le había sido encomendaba «según intuía», que atesoró desde entonces y que le ha dado motivos a una vida entregada sin cuartel a las letras’.

Entre anécdotas y alegorías puntuales, que gozamos los asistentes al acto, Justo Arroyo asumió con hidalguía ese reto que le tendieron desde el más allá sus maestros Ismael García S. y sobre todo, el recordado Ricardo J. Bermúdez, arquitecto, poeta, novelista, docente, ético, su ‘guía en todo sentido’. También se refirió a la crisis que sufre la literatura desde la publicación del Quijote, acerca de que si la misma agoniza o si tiene futuro.

El autor de Requiém por un duende, Para terminar diciembre, Semana sin viernes y Lucio dante resucita, entre otras novelas fue el protagonista de una velada que fue un remanso de buena literatura y apuntes agudos. Fue un justo reconocimiento a un escritor que ha dedicado su vida a dejar en alto la literatura panameña.

Previamente a su presentación como académico, Facetas entrevistó al ganador en varias ocasiones del Premio Ricardo Miró.

¿DE DÓNDE SIENTE QUE SE DERIVA SU INSPIRACIÓN PARA ESCRIBIR Y A QUÉ SE DEBE?

Es la gran incógnita creativa. Puede suceder que lo que llamamos inspiración, la repentina aparición de temas y fórmulas, llegue como en oleadas. Como también ocurre que aparezca luego de un sostenido esfuerzo de trabajo, superando cualquier dificultad real o imaginaria.

EN SU NARRATIVA HAY CUENTOS Y NOVELAS, ADEMÁS DE ALGUNOS TRABAJOS DE EDICIÓN. TAMBIÉN ES TRADUCTOR. ¿CUÁL ES EL GÉNERO QUE MÁS LE GUSTA Y MEDIANTE EL CUAL SE SIENTE MÁS CÓMODO EN EXPRESARSE?

Siento una atracción especial por el cuento, por su síntesis, su economía de palabras, lo que a su vez crea su reto específico. La novela es más cómoda, y permite libertades que no se dan en el cuento.

‘LA GAYOLA’ FUE SU PRIMERA OBRA GALARDONADA Y LLEVABA UN PRÓLOGO DE JOSÉ DE JESÚS MARTÍNEZ. ¿QUÉ TIENE DE ESPECIAL ESE TRABAJO PREMIADO EN GUATEMALA?

Fue, precisamente, mi primer reconocimiento como escritor, al poner mi trabajo en manos de un jurado. El prólogo de José de Jesús Martínez constituye una genialidad de literatura y matemática de este lúcido y preclaro pensador.

EN MI RECUENTO, SON OCHO LOS PREMIOS QUE HA GANADO EN EL CONCURSO RICARDO MIRÓ. ¿PIENSA SEGUIR PARTICIPANDO EN ÉL?

Creo que mi ciclo como participante del Premio Ricardo Miró ha terminado.

CUÉNTEME ACERCA DE SU EXPERIENCIA COMO TRADUCTOR, LO ES EN FRANCÉS O INGLÉS. ¿ES PARA OBRAS LITERARIAS O EN GENERAL?

La traducción es una profesión a la cual le tengo una simpatía especial, por sus mismas características de creatividad e independencia, al tiempo que se adquiere una deuda de máxima fidelidad con el autor. La traducción fue mi principal actividad durante los años que residí en el extranjero, y la ejerzo principalmente del español al inglés y viceversa.

¿EN QUÉ ÉPOCA FUE EMBAJADOR EN COLOMBIA Y CÓMO FUE SU EXPERIENCIA EN UN PUESTO DIPLOMÁTICO? ¿CONTRASTABA ÉSTA CON LA LITERATURA? COLOMBIA ES UN PAÍS CULTO Y SEGURAMENTE LA VIDA CULTURAL ALLÁ FUE ESTIMULANTE. 

Fui embajador en Colombia a finales de los 80, y acepté el puesto por tratarse de un país de toda mi admiración. Las funciones de embajador no deben ser antagónicas con la creación literaria.

ESTUDIÓ EN MÉXICO, EN LA UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA, ¿QUÉ APORTÓ A SU VIDA ESE PERÍODO YA QUE MÉXICO ES UN SEMILLERO DE ESCRITORES Y LA INSTRUCCIÓN UNIVERSITARIA ES DE EXCELENCIA?

Mi experiencia como estudiante y luego como profesor en la UNAM me marcó para toda la vida. Además de hacerme ver el abismo educativo y cultural que existe entre Panamáy México.

LA ACADEMIA PANAMEÑA DE LA LENGUA LO DISTINGUE COMO ACADÉMICO DE NÚMERO EL JUEVES 20 DE FEBRERO. ENTIENDO QUE ES UNA DESIGNACIÓN QUE YA TIENE TIEMPO DE ESTAR SOBRE LA MESA. ¿CUÁL HA SIDO EL MOTIVO DE POSTERGAR TANTO EL ACTO PROTOCOLAR?

En realidad ha sido un año y dos meses solamente, tiempo durante el cual se presentan imponderables como en cualquier lugar, y que pueden abarcar desde simples ajustes de calendario, viajes imprevistos, fechas inapropiadas como carnavales, fiestas patrias o navidades, etc. Incluso problemas de salud.

¿QUÉ ESPERA COMO ACADÉMICO DE LA LENGUA? ¿CUÁL ES SU EXPECTATIVA SIENDO PARTE DE LA INSTITUCIÓN QUE RIGE NUESTRO IDIOMA Y QUE HA ESTADO MUY ACTIVA EN LOS ÚLTIMOS AÑOS? ¿EN QUÉ COMISIONES SE HA INVOLUCRADO Y CUÁLES TAREAS PIENSA EMPRENDER DENTRO DE ESA INSTITUCIÓN?

Espero cumplir según mis capacidades en las tareas y comisiones que se presenten. En este 2014, por ejemplo, conmemoramos diversos centenarios de escritores como Julio Cortázar y Octavio Paz, además del de Ricardo J. Bermúdez, a quien tengo el honor de suceder. Y está el Centenario del Canal, de capital importancia cultural y literaria.

¿CÓMO VE EL DESARROLLO LITERARIO PANAMEÑO? ¿SE ESCRIBE MÁS? ¿SE LEE MÁS? ¿LAS EDITORIALES INTERNACIONALES PROMUEVEN A LOS ESCRITORES PANAMEÑOS DE EXCELENCIA? TUVIMOS RECIENTEMENTE LA GRATA NOTICIA DE LA EDICIÓN DE UNA NOVELA DE ITZEL VELÁSQUEZ, LA PRIMERA, EN UN SELLO TAN PRESTIGIOSO COMO LUMEN, DE RANDOM HOUSE. ¿QUÉ HARÍA FALTA PARA COLOCAR A PANAMÁ EN EL MAPA LITERARIO LATINOAMERICANO?

La literatura y la lectura, como digo en mi disertación, están en crisis, aunque, como significa la palabra, se trata además de una oportunidad. Tenemos la oportunidad de darle una vuelta de tuerca a la situación pero para ello todos, escritores, editores, educadores, padres de familia, estudiantes, autoridades educativas y culturales, todos, deben involucrarse para encontrar caminos que nos conduzcan hacia un país más culto, más lector.

EN OTRAS PALABRAS, ¿CÓMO SE SIENTE AL SER ADMITIDO EN LA ACADEMIA PANAMEÑA DE LA LENGUA?

Honor y responsabilidad. Especialmente por los hombres y mujeres que estuvieron previamente, algunos de los cuales fueron mis maestros y a quienes admiro muchísimo.

¿CUÁL SERÍA EL APORTE DE LOS ACADÉMICOS AL LECTOR COMÚN Y EL SUYO A LA ACADEMIA?

Esos aportes tendrían que encontrarse en las obras individuales, exclusivamente.

ANÁLISIS ACADÉMICO
¿Qué era la literatura?
 ¿Está muerta la literatura? Sucumbió al fin a la avalancha tecnológica precipita por los ebooks, los chats y las redes sociales. Esta fue la pregunta que Justo Arroyo hizo durante el discurso que pronunció en ocasión a su presentación como nuevo académico.
El novelista colonense planteó que mientras algunos eruditos han proclamado la muerte de las expresiones literarias en Estados Unidos y en los países del primer mundo, la misma continúa encontrando terrenos fértiles en los países del tercer mundo, abonada por las realidades insospechadas que muchas veces pasan desapercibidas para las élites literarias.

El literato apuntaló su argumento con máximas de los autores Carlos Fuentes y Mario Vargas Llosa. ‘Lo único que está muerto es la forma de narrar’, sentenció en una oportunidad el desaparecido escritor mexicano, mientras que para el Nobel peruano la literatura continúa ‘siendo una necesidad imprescindible para que la civilización siga existiendo’.

Para el novelista parte del problema radica en el ‘boom’ editorial que se ha venido registrando en los últimos años, que ha propiciado que cada minuto se publique una obra en el mundo. ‘La Biblioteca del congreso cuenta con 80 millones de libros… A un lector le tomaría 30 años leer lo que se publica en un solo día’, subrayó.

El futuro de la literatura es una terra incognita, llena de oportunidades’, manifestó Arroyo. Considera que el reto principal es convencer a los jóvenes de que abandonen el hábito de leer en aparatos digitales y ‘transfieran esa energía hacia el libro impreso’.

El literato no concuerda con lo expuesto por los eruditos internacionales, quienes afirman que, debido a las facilidades que ofrece la tecnología, los escritores se han convertido en una especie en extinción y que los temas literarios se han agotado. Asegura que solo basta una mirada a las realidades que tienen lugar a lo interno de nuestros países para encontrar en flagelos como la corrupción y la violencia temas con potencial literario.

Arroyo plantea que actualmente el cine y la televisión se inspiran en temáticas similares, que mantienen su vigencia e importancia en el mundo contemporáneo, pero que a los ‘sepultureros de la literatura’ les resulta inconcebible que los escritores exploten estos temas.