Mariela Sagel
El Siglo, 23 de enero de 2012
Esta semana empiezan los debates en la Asamblea en torno a un proyecto de ley para crear un Ministerio de Cultura que reemplace el ahora inoperante Instituto Nacional de Cultura y dinamice la forma en que Panamá afronta los retos en este tema, que vienen de la mano de los avances tecnológicos y, muchas veces, en exitosa combinación con los atractivos turísticos.
Es una magnífica oportunidad para que todos expresemos lo que queremos para nuestro país en esta materia, que no debería sernos ajena, toda vez que cultura, definida en su más puro significado, se enmarca en ‘las prácticas sociales, manifestaciones comunitarias, creencias, valores y formas de ser y convivir’.
El proyecto de ley fue presentado a inicios del año por la Comisión de Educación, Cultura y Deportes, que preside el diputado Blandón, y contempla también la creación de un Fondo Nacional de Cultura, desde el que se pueda gestionar las actividades que emprenda este ministerio y también la creación de un Plan Nacional de Cultura, que tenga vigencia por diez años y que trascienda administraciones y gestiones, y que bajo ninguna circunstancia esté sujeto a los gobernantes de turno.
El proyecto ha contado con el ingrediente muy actualizado de los conceptos de innovación y desarrollo que desde hace varios años maneja la Universidad Tecnológica de Panamá, que inclusive ha formado, con esta bandera, gestores culturales en muchos de los campos y ha ofrecido conferencias con destacados panelistas extranjeros que nos han mostrado cómo hacer rentables las actividades culturales cuando estas son llevadas de la mano del turismo, por ejemplo, o cómo Medellín dejó de ser una ciudad peligrosa a través de un proceso cultural que involucró a todos sus residentes.
Un dato importante que tiene este proyecto de ley es que incorpora en el consejo que determine el Plan Nacional de Cultura, en igualdad de condiciones, a los representantes de las etnias indígena y negra, asegurando que lo que se adopte como prácticas culturales va a ser representativo de este Panamá que es un crisol de razas.
Es una excelente oportunidad para quienes tenemos interés en que este país avance, que no se siga ‘lumpenizando’, sino que eleve su nivel cultural. Participemos y aportemos para llegar a tener un buen ente regulador de la cultura, que al final es lo que nos distingue del resto de los otros países.
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