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ALAS DE ESPERANZA

Por Mariela Sagel, El Siglo, 14 de octubre de 2024

     En Chiriguí Arriba, provincia de Coclé, funciona el Mariposario Cerro La Vieja, que reúne a pobladores del área en el cultivo de mariposas, que empiezan siendo unos diminutos huevos, se convierten en pupas o crisálidas, y posteriormente, cuando están listas, abren sus alas para desplegar toda la belleza que las hace únicas en el mundo.  Panamá posee 10% de la fauna de mariposas del planeta y el país es conocido por la abundancia de lepidópteros, una especie de insectos holometábolos que vuelan, generalmente, de día, pero también las hay de noche.

     Gracias al director del Mariposario, Samuel Valdés, — un hombre del Renacimiento— pude visitar el lugar de donde salen las mariposas que van a abrir sus alas en el Jardín Botánico de Konya, Türkiye, y me recibió un grupo de productores no solo de las montañas de Penonomé, sino también de Olá, de Boquete, y de otros lugares de la geografía nacional.  Algunos de estos productores han abandonado actividades depredadoras del ambiente, como la tala de árboles, y otros se han capacitado con entusiasmo y compromiso en esta noble cadena de producción del biocomercio.  Se nos explicó cómo recolectan los huevos, los colocan por especie, en habitáculos especiales para que puedan desarrollarse y de allí puedan ser exportados.  Viajan como pupas en cajas especiales vía Turkish Airlines y una vez en Konya abren sus alas, en el pabellón de Panamá.

     Las mariposas necesitan una temperatura y niveles de humedad óptimos, así como plantas tropicales de las que se alimentan.

     El Mariposario Cerro La Vieja tuvo que cerrar por la pandemia, así como el que gestionaba en el Parque Natural Metropolitano, que recibía millones de visitantes.  Gracias al entusiasmo de Samuel Valdés, y al incentivo que se le presentó para exportar a Türkiye, no solo el mariposario ha vuelto a abrir sus puertas, sino que se han ido sumando otros productores de otras provincias, aportando con ello a la diplomacia de la biodiversidad y al biocomercio sostenible.

     Las alas de esperanza, como se llama el grupo de productores, se abren para que sus mariposas puedan volar como embajadoras de Panamá en todos los lugares donde haya un jardín botánico.

     El Mariposario de Cerro La Vieja pertenece a la International Association of Butterflies Exhibitors and Suppliers y está constantemente actualizándose en nuevas técnicas y modalidades en esta interesante y noble actividad.

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