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Bursa

Por Mariela Sagel, en La estrella de Panamá, 20 de marzo de 2022.

La ciudad jugó un papel importante en la historia del imperio otomano, pues fue una de sus primeras capitales. Hoy es un centro industrial y un atractivo destino turístico, famoso por su seda

Terrazas de té y tiendas de seda en el bazaar de seda Koza HanShutterstock

Continuando con el viaje iniciado en Iznik (antigua Nicea), que relaté en un artículo anterior, nos dirigimos a Bursa, distante de la primera parada de nuestro peregrinaje apenas una hora, por magníficas carreteras, como toda la red vial de Turquía.

Esta ciudad, que fue históricamente conocida como Prusa, en griego, se encuentra al norte del país euroasiático y tiene una población estimada en casi 3 millones de habitantes. Es la cuarta ciudad más grande, así como de las más industrializadas e importantes.

La ciudad jugó un papel importante en la historia del imperio otomano, pues fue una de sus primeras capitales, de allí la variedad de mezquitas y edificios. Esto ocurrió al darse la conquista del imperio bizantino en 1326. Igual pasó con Edirne, en 1365, que le dio realce, pero Bursa siguió jugando un papel muy importante en temas administrativos y comerciales, incluso cuando perdió su estatus de capital. A raíz de la conquista por los otomanos, se estableció una escuela de teología en Bursa, que atrajo a muchos musulmanes de Oriente próximo y siguió con esa actividad después de que dejara de ser capital del imperio.

Se le conoce como “Yesil Bursa” (que quiere decir Bursa verde), porque tiene muchos parques y jardines repartidos por toda la ciudad, así como bosques que se extienden en toda la región. Como es tradicional en Turquía, los jardines y espacios públicos son de nivel preciosista y los cuidan de manera esmerada, aunque cambien las estaciones. Siempre hay flores.

Tragaluz de la Gran MezquitaCedida

Posee un gran atractivo para los esquiadores, ya que la montaña Uludag tiene una estación de esquí que es muy popular en estos tiempos de nieve constante y abundante. También están en la ciudad los mausoleos de los sultanes otomanos y se conservan muchos edificios construidos durante el imperio. Sus campos son muy fértiles, tiene aguas termales, parte de sus atractivos, que son muy frecuentadas, además de las mezquitas y la necrópolis donde están los sultanes, son un museo de arqueología y otros lugares. Ha sido muy juiciosa en el crecimiento urbano, por lo que sus valores históricos se han respetados.

En 1991, la ciudad fue laureada con el Premio de Europa, una distinción otorgada anualmente por el Consejo de Europa, desde 1955, a aquellos municipios que hayan hecho notables esfuerzos para promover el ideal de la unidad europea. En 2014, la Unesco eligió la denominación Bursa y Cumalikizik: nacimiento del imperio otomano como Patrimonio de la Humanidad.

Un dato curioso es que dos famosos personajes de sombras chinescas, Karagöz y Hacivat, fueron en la vida real dos personalidades históricas que vivieron y fueron enterrados en Bursa. Su comida tradicional se distingue por las castañas escarchadas, que las ofrecen por todos lados, y el iskender kebap. Los melocotones son muy famosos. Bursa es la sede de la Universidad de Uludag y su población ostenta uno de los niveles educativos más altos de Turquía. Parte de esa población, por estar al norte del país, la conforman inmigrantes de los Balcanes.

Gran mezquita de BursaShutterstock

Su historia

La ciudad de Cío, que fue cedida por Filipo V de Macedonia al rey Prusias I de Bitinia en el año 202 a.C. por la ayuda que había prestado contra Pérgamo en la actual Karandeniz Eregli (Heraclea Póntica). Prusias I (rey de Bitinia, entre los años 228 a.C. al 182 a.C. y conocido sobre todo por haber acogido a Aníbal en su huida de los romanos) le cambió el nombre para honrarse a sí mismo, de allí que se conoció como Prusa. Bitinia fue un antiguo reino localizado al noroeste de Asia Menor y al suroeste del mar Negro, que desde la península de Calcedonia llegó a extenderse hasta Heraclea Póntica y Paflagonia, Misia y la Propóntide (actual mar de Mármara, que es el que se forma entre los estrechos de los Dardanelos y el Bósforo).

“Su comida tradicional se distingue por las castañas escarchadas, que las ofrecen por todos lados, y el ‘iskender kebap’. Los melocotones son muy famosos”

Fue evangelizada por san Andrés, apóstol de Bitinia, que seguramente estuvo acompañado por su hermano san Pedro, y su apostolado se extendió por estas tierras. A partir de allí, Bursa fue un foco de irradiación del cristianismo primitivo.

Una de las características de esta bella ciudad, y por las cuales la gente se vuelve loca, son los productos de seda, que eran confeccionados por encargo del sultán. Además de lo que se producía localmente, se importaba seda de Irán y de China, no solo para caftanes, almohadones, bordados, sino que se confeccionaban cortinas y se tapizaban muebles para los palacios. Esto duró hasta el siglo XVII.

Entrada de la mezquita YesilCedida

Otra industria que se destaca es la producción de cuchillos y de coches de caballos, que han sido desplazados hacia el desarrollo de una pujante industria automovilística. Los grupos Fiat y Renault tienen importantes ensambladoras en Bursa, así como Coca Cola, Pepsi Cola, industrias textiles y alimentarias.

El dinamismo de la ciudad se ve en el metro, el Bursaray, que se interconecta con ramales de buses. En cuanto a oferta educativa, la Universidad de Uludag es de gran importancia en la región, fundada bajo el nombre de Universidad de Bursa en 1975 y se le cambió el nombre en 1982. Tiene unos 47 mil alumnos.

Lugares que visitar

Hay muchos sitios que visitar, que van desde el museo de Atatürk hasta el castillo, pasando por el bazar de la seda (Koza Han). Por la belleza de sus azulejos y tallas de mármol, no dejamos de visitar el mausoleo en la mezquita de Yesil y la Gran Mezquita de Yesil (conocida como mezquita verde).

Mausoleo de la mezquita YesilCedida

La Gran Mezquita (Ulu Cami) es la más grande de Bursa y muestra emblemática de la arquitectura otomana inicial. Fue construida por Ali Neccar entre 1396 y 1399 siguiendo las órdenes del sultán Beyazid I. Se trata de un edificio rectangular con 20 cúpulas distribuidas en cuatro filas con cinco cada una sujetadas por doce columnas. El hecho de que tenga 20 cúpulas es porque el sultán había prometido construir 20 mezquitas al ganar la batalla de Nicópolis. Esta mezquita tiene dos minaretes y, en su interior hay 192 inscripciones monumentales en los muros que fueron escritas por famosos calígrafos. Se conserva una fuente (llamada sadirvan) en el interior de la mezquita donde los fieles hacen sus abluciones antes de los rezos. Arriba de la fuente, en la cúpula hay un impresionante tragaluz que, en metáfora arquitectónica, refleja la luz y ayuda a iluminar el interior de la mezquita.

La batalla de Nicópolis se llevó a cabo en la ciudad homónima búlgara el día 25 de septiembre de 1396 y enfrentó a las fuerzas del imperio otomano contra una coalición de húngaros, valacos y franceses, con derrota de estos últimos. También es llamada la Cruzada de Nicópolis. Algunas veces se fecha la batalla el 28 de septiembre.

En ese recinto se siente mucha paz y se invita a la contemplación. Las divisiones que se producen por las diferentes cúpulas y columnas crean una división de privacidad e intimidad, que no se sienten en otras estructuras similares, como en las diseñadas por el famoso arquitecto Sinán (el preferido de Solimán, el Magnífico y “el arquitecto del universo” según la novelista turca Elif Shafak) que tienen cúpulas muy altas que enfatizan la verticalidad como aspecto que pretende transmitir el poder del imperio otomano.

Nos despedimos de Bursa no sin antes comprar unas hermosas bufandas y telas de seda y de degustar sus magníficos platos, y abordamos desde allí el ferri que nos trajo de vuelta a Estambul.