Celebrando los bicentenarios
25 de julio 2010
Durante el año 2010 se está celebrando, en diversos países latinoamericanos, el bicentenario de la independencia de España. El proceso de emancipación de las entonces colonias españolas se inició dos años antes, en 1808, debido a las luchas intestinas que se tejían en los entresijos de la monarquía española. Su dominio había permanecido casi intacto desde el siglo XVI, pero los frentes que había abierto España, tanto con Francia como con Inglaterra (Trafalgar) y las derrotas que le infringieron, facilitaron que se gestaran liderazgos en las olvidadas colonias allende los mares.
No hay que olvidar también que los ejemplos de Estados Unidos y Francia, con sus ideas ilustradas y actos revolucionarios, contribuyeron a inspirar a los aguerridos líderes independentistas, aunado al interés mercantilista de los mismos Estados Unidos e Inglaterra en tener su peso específico en ese conglomerado que eran las colonias americanas. La primera en constituir una Junta de Gobierno fue Venezuela, el 19 de Abril de 1810. En Buenos Aires, el 25 de mayo de 1810, el general Belgrano se hace de una junta que desplaza al virrey, y lo mismo ocurre en Colombia (el 20 de julio) y Ecuador (el 10 de agosto). En México, el cura Hidalgo es recordado por su ‘Grito de Dolores’, el 16 de septiembre de 1810 y así sucesivamente se van dando otras proclamas, como en Chile (18 de septiembre), y Uruguay, Paraguay, que obtienen su ansiada independencia al año siguiente. En el caso peruano el virreinato de ese país se jugó un riesgo que ha de recordarse en los últimos años de la colonia. Se convirtió en un núcleo hispánico llamado a ahogar cualquier intento revolucionario y se puede decir que desempeñó el triste papel de policía colonial a favor a España, hasta que, un par de años posterior a la proclama regional, se une a los países vecinos en su libertad de la España colonialista.
En Panamá, los embajadores de Argentina y Colombia han tirado la casa por la ventana en las fechas que celebraban el Bicentenario, y es así como el ilustre embajador Jorge Arguindegui organizó el pasado 25 de mayo una tremenda conmemoración, de gala y por todo lo alto, donde no faltó la carne más exquisita que jamás yo haya probado, incluyendo el cordero patagónico, variedad de vinos y la presentación de la cantante María Marta Serra Lima y de unos campeones de tango. Cuando se estaba llevando a cabo el Mundial de Fútbol le escribí al embajador para darle ánimos y sugerirle que si ganaban el mundial, lo exhortaba a repetir la fiesta que hizo para el Bicentenario. Jocosamente me contestó, sin anticiparse al desenlace futbolístico, que una réplica de esa fiesta le dejaría hacerla a su sucesor cuando Argentina celebrara sus 300 años.
Más recientemente, la distinguida representante del gobierno de Colombia, Ginna Benedetti, que en virtud de los dos períodos del presidente Uribe tiene el mismo tiempo de estar al frente de la misión de ese país en Panamá, ofreció una magnífica fiesta de Bicentenario donde no faltó tanto la bebida típica de la región de Los Llanos, la comida exquisita y hasta los sombreros llaneros. Doña Ginna, muy conocida por el dinamismo que le ha impreso a una gestión que tiene tantas aristas, porque involucra desde temas migratorios, de seguridad, de turismo, moda y aspectos culinarios, como de belleza y hasta de compras, tuvo la noche de la celebración a dos misses, que eran tan altas que una superaba en altura al mismísimo canciller y vicepresidente, y una representación artístico—folklórica de mucho lujo y variedad. Nuestra cantante Yomira John interpretó el himno nacional de una manera que nunca lo había escuchado y que arrancó aplausos a los presentes por el sentimiento que Yomira le puso.
Y aunque esto pareciera una crónica social, no lo es. El día de la celebración de Colombia se anunció el rompimiento de relaciones diplomáticas entre Venezuela y ese país, de parte del impulsivo presidente que tiene la patria de Bolívar. Ojalá que ambos países logren un acuerdo pronto para que en medio de todas estas conmemoraciones no se ahonde en un conflicto que nos afectaría a todos los que queremos vivir en un mundo de paz y respeto.