COMULGAR CON RUEDAS DE MOLINO
Por Mariela Sagel, El Siglo, 18 de marzo de 2019
Hay una expresión de la lengua española que siempre me ha gustado, y que me he dedicado a investigar. “Comulgar con ruedas de molino” significa “creer algo que difícilmente podría ser posible”. Tiene sentido, pues comulgar, lo que conocemos como el acto religioso de engullir la ostia, difícilmente lo podemos hacer con una rueda de molino.
Puede muy bien aplicarse al tema del momento, que es la incapacidad siquiátrica del expresidente Martinelli, expedida por un médico que fue expulsado del Hospital Santo Tomás por su pobre ejecución como galeno. Después de nueve meses de un juicio desgastante e inédito, donde se han pasado la bola de la Corte Suprema al Sistema Penal Acusatorio, ahora se salen con esta parrafada que no aporta nada, porque desde la campaña del 2009 el preso del Renacer se declaró loco.
Aquí debo señalar con énfasis, que, si fuera por delitos cometidos, Martinelli estaría a perpetuidad en juicio tras juicio. Éste, el de los pinchazos, es apenas uno de los muchos actos ilícitos, crímenes, robos, desfalcos, que cometió contra todos los panameños. Se estima en miles de millones de dólares los que robó a través de las licitaciones, las amenazas a casas de valores, las obras inconclusas, dinero que su familia hoy día no puede ni gozar con tranquilidad, teniendo dos de sus tres hijos capturados por la Interpol y el resto no pudiendo ir a verlos por no poder entrar a Estados Unidos.
El daño moral que hizo al país es inconmensurable, instauró un estilo de gobernar donde la corrupción era la constante obligada y permeó a toda una clase política que difícilmente puede sacudirse de ese modelo. Su propio vicepresidente, hoy presidente, lo ha seguido, al igual que sus adláteres más cercanos, como el alcalde que, aunque quiera poner distancia de él, ahora que es el candidato oficialista, no lo logra, sino que la embarra con cada intervención.
Ellos quieren “comulgar con ruedas de molino”, pero no lo creemos.