CORRETEANDO SOTANAS
Por Mariela Sagel, El Siglo, 25 de julio de 2016
Esta semana nuestro Presidente, cuyo lema de campaña fue “El pueblo primero” estará en Cracovia, Polonia, asistiendo a la Jornada Mundial de la Juventud, que se celebra cada tres años y que la anterior fue en Brasilia, con la asistencia de un recién estrenado Papa Francisco, a quien todos hemos aprendido a querer por su humildad y sinceridad en temas que, incluso a la misma Iglesia Católica, le son incómodos. Varela va, además de tras el Papa, como en casi todos sus desplazamientos en el mundo, tras la oportunidad de que a Panamá se le conceda la sede de esta jornada, donde llegan a congregarse hasta 2 millones de jóvenes católicos de todo el mundo. ¿Estaremos preparados, dentro de tres años y posiblemente con un nuevo presidente, para sostener una población visitante que equivale a más de la mitad que habita en este pequeño istmo?
No hay duda que el Presidente y su primera dama son devotos o fanáticos de la iglesia católica, pero abandonar el liderazgo de un país que atraviesa impostergables decisiones e inmensas insatisfacciones para ir tras el Papa sin mayor justificación dejan mucho a la imaginación. De igual forma, el presidente se dará una vueltita por Italia, para recibir un helicóptero donado por la cuestionada empresa Finmecánica, a la que no solo se le llevó a un proceso para que aclarara su vinculación con unas presuntas coimas a funcionarios del anterior gobierno, sino que se demostró que no cumplió con el cuestionado contrato mediante el cual debía proveer de lanchas e instrumentos de seguridad que velarían que nuestras costas fueran más seguras. ¿No debería ser el Ministro de Seguridad el que recibiera este helicóptero? ¿Por qué tanta importancia como para desplazar a todo un séquito hasta Italia para recibir una donación? Que la reciba nuestro embajador allá, que para algo se le nombró en ese puesto, para pelear por los intereses panameños.
Estos actos nos llevan a pensar que el pueblo no es el primero en la agenda del presidente.