DE MUJERES, AMIGOS Y OTROS DEMONIOS*
Por Mariela Sagel, La Estrella de Panamá, 4 de marzo de 2018
Este 8 de marzo otra vez celebraremos el Día Internacional de la Mujer, institucionalizado por la Organización de Naciones Unidas (ONU) desde 1975 pero conmemorado desde 1911. Se harán alegorías en todos los escenarios y se mandarán millones de memes y felicitaciones que congestionarán las redes sociales. Pero ¿hemos logrado realmente las mujeres igualdad de condiciones con los hombres en la participación en la sociedad y en nuestro desarrollo integral como personas? Yo no estoy segura de eso, especialmente cuando veo que, a la hora de reducir una fuerza laboral, somos las primeras a las que despiden, o a la hora de hacer un reconocimiento, las últimas en recibirlo.
En Panamá hay un universo de mujeres valiosísimas, la mayoría en el anonimato o en un protagonismo latente pero no estrafalario ni farandulero. Tenemos la loable labor que lleva a cabo Orit Btesh al frente ya por 10 años en la Cámara Panameña del Libro, que organiza la Feria Internacional del Libro, que este año celebrará su decimo cuarta versión. Igual lo hace Edilia Camargo, corriendo a sus más de ochenta años y llenando de medallas a nuestro país como ganadora de maratones en la tercera edad. O Griselda López, que recién presentó dos de sus libros en la Feria del Libro de Casablanca, en Marruecos. Prevalece sobre los méritos la alharaca y el espectáculo.
Panamá es un país de mujeres, y es lo que es por nosotras, que hacemos el trabajo, aunque al final sea a los hombres a los que les den el crédito. Lástima que la única oportunidad que tuvimos de tener una presidenta la misma haya hecho tan mal papel y haya llegado a esa posición por ser la viuda de un ex presidente y no por méritos propios.
De los amigos, a esos entrañables que no necesitan de un 14 de febrero para saber que están allí (desde que al marketing internacional se le ocurrió incluir en esa fecha también la palabra amistad) uno de ellos, entrañable, dio un respingo y se marchó, como diría Joaquín Sabina, “nos tiró dos besos, uno por mejilla”. Ese fue Tony Fergo, que a sus 95 años dejó este mundo no sin batallar a la hora de su partida. Desde dos días antes corrían rumores que había muerto y lo mataron antes de que murieran en un canal de televisión. Seguramente, por lo leal que era a la industria televisiva, que él mismo ayudó a forjar y para no dejarlos mal, acabó expirando ese día, lunes 26 de febrero.
Con Tony tenía una amistad que no podría tener con ninguna otra persona. Fue colega, compañero de batallas, cómplice y compinche. Cuando yo estaba en el gremio de publicidad siempre reclamaba que fuera secretaria de las Juntas Directivas. Su humor no tenía límites, así como su ingenio. Una vez se le ocurrió que mi hija le mandara desde Alaska, –donde estaba tomando unas clases–, unas cartas a Julio Gago (por su campaña de los supermercados Gago en el mes de julio). Eso lo recordó en detalle el día que la Universidad Santa María La Antigua le concedió el Doctorado Honoris Causa.
Hace cinco años celebró en una fiesta inolvidable sus 90 años. Ya hacía veinte años que había organizado otra bajo el pregón de “el comité organizador del primer centenario de Tony Fergo” que también fue memorable. En su Opus 90 dijo sentirse emocionado por ser la primera vez que llegaba a esa edad. Publicó, entre muchos libros, uno que se titula “Gente que conocí”, en donde relata la amistad que lo unió con, desde Tres Patines y Corín Tellado hasta Omar Torrijos y Rubén Blades. Una vez Hilda, su esposa y compañera, muy emocionada por su cumpleaños número 80, que celebró en la Presidencia de la República, me dijo que quién iba a decirle que su hija más pequeña, nacida en Panamá (Tony e Hilda son cubanos de nacimiento), que había tenido ya un poco tarde, sería primera dama. Yo añadiría que quién pudiera haber predicho que la amistad que Tony entabló con el General Torrijos, en 1957 y a quien le compuso la marcha “Panamá Primero” lo convertiría después de que Omar muriera, en el suegro del hijo del general, Martín Torrijos.
Se nos fue Tony, pero nos dejó su alegría y bien dijeron sus hijos durante su funeral, que ése era un día de celebración. De su vida, larga y prolífica, de su ejemplo, a seguir, de su amistad, irremplazable.
*El 6 de marzo Gabriel García Márquez cumpliría 91 años y publicó en 1994 un libro titulado “Del amor y otros demonios”