Opinión Publicado en La Estrella de Panamá

Desde Christiania

MARIELA SAGEL

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La Estrella de Panamá, 29 de septiembre de 2013 

Oslo, Noruega —Esta ciudad, que es la capital de uno de los países con mayor índice de desarrollo humano del mundo, es un estado monárquico de Europa que integra, junto con Suecia, Dinamarca y Finlandia, lo que se conoce como Escandinavia. Por disposición de la Fundación Alfred Nobel, el Premio Nobel de la Paz se entrega en la sede municipal de lo que hasta 1924 se llamaba Christiania.

Ciudad ordenada y discreta, con servicio de transporte masivo de tres niveles y sin muchos aspavientos, se vio estremecida hace dos años por la explosión de una bomba en el centro de la urbe, muy cerca de donde se entrega el Nobel de la Paz y una posterior matanza en una isla cercana, por el mismo individuo que la perpetró y que hoy guarda cadena perpetua y a la vez estudia leyes.

Noruega, de geografía muy vasta y muchos recursos naturales, debe su lugar privilegiado como una economía sólida y país rico a la exportación de petróleo, la generación de energía hidroeléctrica, de gas, yacimientos de muchos minerales y la pesca. El salmón y bacalao noruego son muy conocidos. También se le asocia a la existencia de una época vikinga y se unió a Dinamarca a partir de 1450, y en 1814, a raíz de la alianza que pactó Napoleón durante sus guerras, Noruega fue cedida al rey de Suecia. Apenas emergió cuando se separó de ese país en 1905, por lo que tenemos en común con la antigua Christiania fechas similares, ellos con Napoleón y nosotros con Bolívar.

A pesar de arrojar la altísima tasa de crecimiento económico y estar casi exenta de conflictos delincuenciales, persiste una preocupación muy grande en cuanto a la cantidad de inmigrantes que está entrando, porque no se integran a la sociedad, introducen sus costumbres y malas prácticas, incluso crean fisuras religiosas que llevan a conflictos a veces impredecibles.

Se ha intentado que el país ingrese a la Unión Europea y esta decisión se ha elevado a la instancia de referéndum en dos ocasiones. Sin embargo, no ha sido aprobado su ingreso y muchos se cuestionan si esto no tendrá que ver con los altos ingresos que tiene el país y el deterioro de algunas de las economías de los países que usan el euro. Noruega podría convertirse en un gran donante de recursos a los estados que estén empobrecidos. También está el tema de la caza masiva de ballenas, que todavía se practica en estos mares, lo que es condenado por la UE.

Tiene la segunda renta per cápita más alta del mundo y el cuarto lugar en la tasa de usuarios de Internet, pero un bajo índice de natalidad y una mayor esperanza de vida dentro de los países europeos tanto de hombres como de mujeres. Mantiene un buen balance de intervención estatal en un mercado libre, con bajos niveles de desigualdad social. Mientras que no se ve gran ostentación ni lujos, no se ven usualmente mendigos en las calles y la mendicidad hasta es permitida.

Este año se está celebrando el 150 aniversario del nacimiento del pintor expresionista Edvard Munch con una exposición retrospectiva en el Museo Nacional y desde que uno llega, en el aeropuerto de Gadermoen, con sus pisos de madera de fresno, que impresionan, porque, a pesar del tráfico de pasajeros y maletas, no muestran deterioro, va viendo referencias a esta conmemoración del autor del célebre cuadro de ‘El Grito’. Así mismo, en las estaciones del metro y en los avisos del tranvía se llama la atención a este gran evento, ya que esa obra pictórica es tan emblemática para los noruegos como las molas o el sombrero pintado lo son para los panameños.