Dos años y seguimos
MARIELA SAGEL
La Estrella de Panamá, 19 de agosto de 2012
Esta semana se cumplen dos años del segmento que iniciamos en Telemetro Reporta, donde comento los libros que se están leyendo en Panamá. Digo iniciamos, porque la idea fue del profesor Rafael Candanedo, quien consiguió el espacio y después lo he seguido haciendo yo, algunas veces asistida por gestores culturales.
Ha sido una labor titánica: no es pararse allí todos los miércoles a decir cuáles son los libros que más se venden en Panamá, como muchos creen. Es ir contra corriente, comentar un tema que está muy alejado del interés de la mayoría de la gente, pero que tiene sus recompensas, porque muchos me escriben, me twittean, me reconocen en la calle y me dicen lo que están leyendo. Al principio comentaba las listas de los más vendidos, pero dependía de la información que me daban las librerías y era obvio que los infaltables libros de autoayuda se llevaban la presea de los más vendidos, cuando lo que promuevo es la literatura.
Cuando decidimos cambiar el formato ese hecho me permitió acercarme a mis amigos lectores, pero me complicó la vida un poco: les mando a unos 300 conocidos un mensaje electrónico para conocer qué están leyendo, y estimo que unos 90 me responden. De esas respuestas tengo que escoger tres libros de autores nacionales y tres de autores no nacionales. Armo el programa, indicando quién lee qué (lo que le encanta al público) y tengo que conseguir las portadas de los libros, y si no los tengo vuelvo locos a algunos amigos libreros o a los mismos autores, ya que las imágenes que mando al productor del programa deben tener alta resolución.
Después viene la madrugada del miércoles, cuando me levanto muy temprano y me pongo un maquillaje que he aprendido a hacerme por aquello de la ‘alta definición’. Me siento como si me pusiera un ‘plastobón’, además de escoger la noche anterior la ropa que voy a lucir, tratando de no repetir lo que me haya puesto en intervenciones anteriores. Llevo en una bolsa los tacones más altos que tengo, porque con la altura de Álvaro y aún cuando me ponen sobre una tarima, me veo ridículamente bajita si no me encaramo en esos zancos. Llego temprano y a veces no he podido salir, en una ocasión porque el Presidente se dio una pasadita por allí y acaparó todo el noticiero (como lo hizo esta semana) o en una ocasión que los acontecimientos políticos —cuando el problema con los indígenas y estaba el ministro de Gobierno allí explicando el acuerdo al que se había llegado— no me dio tiempo.
La semana pasada fue algo inusual. Fue llegando Iron Man con todo y su disfraz, los del Güetto y finalmente, Mano de Piedra Durán, en vísperas del estreno de su serie de televisión. Para mí era importante salir, puesto que llevaba recién salido de la imprenta y todavía calientito el programa impreso de la Feria del Libro, que se inaugura este miércoles 22, y quería comentar el libro que va a presentar Adelita Coriat el primer día de la feria, una exhaustiva investigación sobre el caso de la muerte del fiscal de drogas, Franklin Brewster, por envenenamiento. Caso que no ha tenido el privilegio de que ni las autoridades panameñas ni las agencias estadounidenses —las que tuvieron mucha responsabilidad en el mismo— hayan dicho nada y han tratado de ocultar tras una cortina de humo.
Así que me tocó pelear por mi pequeño segmento, aún contra los puños de una nación, pero cuento siempre con el apoyo de Casimiro, que se interesa mucho porque salga el segmento, con Álvaro, con el director de noticias y con Aracelly Leoteau. Pero vale la pena, porque los lectores cada vez somos más.