MARIELA SAGEL
El licenciado Efebo Díaz —que ha sido gobernador de Veraguas, embajador nuestro en Cuba, notario, asesor presidencial y viceministro de Gobierno y Justicia— estrenó el año con la publicación Las insurrecciones del arcoíris , un documento histórico tejido como una apasionante novela, desde donde aborda importantes acontecimientos que se escenificaron en la provincia de Veraguas, como lo fue la rebelión cívica de 1952, que tuvo como objetivo la integración de la Escuela Normal de Santiago y la mítica guerrilla que se levantó en el área de cerro Tute, en 1959.
La publicación ha sido un fenómeno editorial, en su presentación en la ciudad (en febrero) se vendieron más de 100 libros —algo inédito en nuestro país— y en un posterior lanzamiento, para conmemorar los 75 años de la fundación de ese centro de estudios en Santiago, se registró una participación que superaba las 250 personas.
Efebo se tomó su tiempo para entregarnos tan valiosa obra. Lo hace en el preciso momento que uno de sus protagonistas, Carlos Francisco Changmarín, descansó en la paz del Señor, y coincide con el inicio de las celebraciones de la fundación de la Normal, que le permitió a Santiago de Veraguas salir de la Edad Media e integrarse a la Edad Moderna y, desde entonces, ha estado irradiando la luz de la educación y la cultura y le dio derecho a los pobres del interior del país a tener acceso a la educación secundaria. En su momento, este centro de estudios fue considerado la segunda obra más importante de Panamá, después del Canal.
A través de las páginas de Las insurrecciones del arcoíris, escrita de una manera sencilla, fina y con toques de humor, se conoce lo que fueron los años que cimentaron esa casa de estudios, las luchas de ideología que traía la pléyade de maestros extranjeros que vinieron a impartir clases desde allí y la manipulación que se intentó hacer de su influencia, cada vez más marcada, en la incipiente lucha nacionalista. Es un libro imprescindible para los panameños, donde podemos encontrar referencias a hechos que aunque no nos hayan tocado directamente, son historia en nuestro inconsciente colectivo como nación.
El viernes escuchaba al ex director de este diario, Jean Marcel Chéry, hablar en un programa radial sobre la importancia que tiene la lectura en la formación de los comunicadores de hoy. Tanto para los que fuimos tocados de manera directa por un normalista como para los que tienen curiosidad por conocer pasajes de nuestra historia que determinaron el rumbo como nación, la lectura del libro es urgente para comprender y entender el devenir de nuestro país.