EL CASTILLO DE SAN MARCOS
Por Mariela Sagel, Vida y cultura, 21 de julio, La Estrella de Panamá
Mi largo peregrinar por tierras andaluzas me llevó a visitar el Castillo de San Marcos, en el Puerto de Santa María, donde además de conservarse una iglesia fortificada, que fue edificada sobre los cimientos de una mezquita del siglo X, -época de Al Qanatir bajo el dominio musulmán-, opera una firma portuense, las Bodegas Luis Caballero, que atiende público, brinda degustaciones y catas de sus productos y donde se realizan actividades culturales como conciertos, bodas, presentaciones de libros y otras similares. Justo el día que estuve allí estaban en preparativos del matrimonio de la famosa soprano Ainhoa Arteta, que después salió en la revista Hola a todo despliegue. Una de las más bellas escenas que allí presencié fue el nido de una cigüeña, en lo alto de una de las torres, que en esta época empiezan a cruzar los cielos con sus crías. Sus migraciones son entre Europa y algunas regiones de África y Asia.
Las Bodegas Luis Caballero se establecieron en 1830 y producen vinos, licores, spirits y el típico licor de esa zona, el jerez, bajo la marca Lustau. Inicialmente se instalaron en Chipiona y en 1932 se trasladaron al Puerto de Santa María. Lo interesante de la visita al Castillo de San Marcos es también presenciar los toneles o barricas donde se almacena el vino que se colocan sobre la característica tierra albariza. Me tocó ver toneles firmados por la cantante Niña Pastori y también por el poeta Rafael Alberti, originario del Puerto, que falleció en 1999.
EL CASTILLO
El Rey Alfonso X, también llamado “El Sabio”, de Castilla, de León y de los demás reinos fue soberano entre 1252 y 1284 e hizo erigir la iglesia fortaleza conocida como el Castillo de San Marcos en honor de la Virgen que, según la leyenda, se le apareció en las almenas de la fortificación, a orillas del río Guadalete. El sitio era de origen musulmán, y a su vez romano y el rey emprendió allí la conquista del Puerto de Alcanate (hoy Puerto de Santa María). A partir de este momento el Castillo pasa a ser una iglesia fortificada, para defender a la población de las embates y ataques árabes y acogiendo a la que iba a ser en unos años la Patrona de la Ciudad, gracias a la gran devoción que se le profesaba. Esto ocurrió alrededor del año 1264 y conservó las características arquitectónicas de la antigua mezquita con el de la fortificación, con cubiertas abovedadas y cuatro torres, dos de planta hexagonal y las otras dos de planta cuadrangular. En la planta baja funciona una capilla mayor en honor de la Virgen de los Milagros.
Como en muchas iglesias del área de Andalucía, se respetó el diseño almohade sobre el que fue construido originalmente, la quibla (punto del horizonte o muro de la mezquita orientado a La Meca y hacia el que los fieles musulmanes dirigen sus oraciones rituales) donde se situaba el mihrab (nicho u hornacina que consta de un pequeño espacio interno precedido por un arco, normalmente en forma de herradura, que en las mezquitas indica el lugar hacia donde hay que mirar cuando se reza). Alfonso X había instalado en esa iglesia la orden de Santa María de España, que posteriormente se fundió con la Orden de Santiago.
Como fortaleza sirvió de defensa contra los invasores del norte de África y el hijo de Alfonso X, Sancho IV, con quien había tenido serias divergencias (incluso lo había desheredado) lo sucedió en el trono y la donó, junto a la villa, al almirante genovés Benedetto Zaccaria y después a Alonso Pérez de Guzmán, apodado “El Bueno” por su proceder en la defensa de Tarifa en 1294, cuando lanzó un cuchillo desde su castillo para que mataran con él a su propio hijo, y no ceder ante el chantaje que le hacían los que habían sitiado esa ciudad. Alonso Pérez de Guzmán fue un militar y noble, oriundo de León, fundador de la casa de Medina Sidonia.
El Castillo posteriormente pasó a manos de la Casa de los Medinaceli en 1729, que en mi artículo anterior sobre el Palacio del Tiempo menciono como los iniciadores de la colección de relojes. Con la familia Medinaceli al mando éste sirve durante años como hospedaje de Cristóbal Colón, que en aquella época y junto al Duque de Medinaceli, concebiría la ruta de las Indias por Occidente. También el cartógrafo portuense Juan de la Cosa, propietario de la legendaria nao “Santa María”, pasa por las dependencias del Castillo, donde en el año 1500 dibuja el primer mapa que refleja las costas americanas, ya descubiertas. Una copia de ese mapamundi se muestra en las bodegas Caballero.
Alfonso X se caracterizó por buscar la reforma de los reinos, que lo llevaría a liderizar el estado moderno que dio paso a la época de los Reyes Católicos. Lo más destacable fue que mantuvo la supremacía de Castilla sobre los reinos peninsulares.
El Castillo es uno de los edificios más emblemáticos de El Puerto. Desde su edificación ha sufrido varias transformaciones, incluso estuvo un tiempo abandonado. Ha sido santuario cristiano, iglesia-fortaleza y ahora también un magnífico centro bodeguero. Se ha conservado una sacristía de tres tramos cubiertos con bóvedas góticas y varias dependencias, algunas se conocen como patio de armas. Se clausuró en 1868 y posteriormente fue restaurado en los años 40 del siglo pasado. Gracias a la Condesa de Gavia, el Castillo toma la forma definitiva que actualmente posee tras la intervención restaurativa coordinada por el historiador Hipólito Sancho.
Alfonso el Sabio le dedicó al Castillo sus Cantigas, que son poesías cantadas, cuya letra y música era compuesta por trovadores. El que tocaba y cantaba estas poesías era el juglar, que a veces también era el trovador, y en 1823 sirvió de inspiración al escritor Fernán Caballero, que ambienta su novela “Un servilón y un liberalito” en el castillo-santuario.
El mapamundi que confeccionó Juan de la Cosa está pintado sobre un pergamino, de 93 cm de alto por 183 de ancho, cuyo original está en el Museo Naval de Madrid. Todo indica que fue confeccionado por encargo de algún miembro poderoso de la corte de los Reyes Católicos.
La fachada de esta fortaleza es imponente, y recorrer sus muchas instancias un viaje fascinante, donde se encuentran diversos estilos, desde el almohade y el gótico, hermosos vitrales, una imagen de Santa María de España que data del siglo XII ó XIII.
El Castillo fue declarado Bien de Interés Cultural en 1920, con categoría de Monumento Nacional. Desde ese momento múltiples actos culturales, artísticos, académicos y sociales se han ido desarrollando hasta nuestros días, donde se ha instituido la Cátedra de Alfonso X, gracias a la iniciativa del Grupo Caballero y varias entidades universitarias. También es el lugar donde se aloja la biblioteca de estudios alfonsíes.
La fusión de cultura y degustación de los productos de la bodega Luis Caballero es una oferta perfecta para visitar este sitio que atrae a turistas y es el lugar ideal para realizar eventos. La puesta en valor de una edificación como ésta, su mantenimiento óptimo y el ambiente que allí reina, además de la magnífica atención de la encargada de relaciones públicas y enoturismo lo convierte en una visita obligada para los que estén por el área.