Publicado en El Siglo, el 20 de junio de 2022.
El lenguaje del cine es universal y más que una manifestación artística, es una corriente que abraza a los pueblos del mundo. Su origen es de 1895, cuando los hermanos Lumiere lanzaron su invento, en ese tiempo en blanco y negro y silente, y ha ido evolucionando a pasos vertiginosos, tanto en tecnología como en géneros.
Esta semana que pasó inauguramos, en el marco de la Presidencia Pro Témpore del Sistema de Integración Centro Americano (SICA), un ciclo de cine con películas de Guatemala, El Salvador, Costa Rica, República Dominicana y Panamá, que somos los países que tienen representación diplomática en Türkiye. Lo hicimos en Ankara, en el Centro Cultural de Cancaya, distrito de la capital turca, y en el Instituto Cervantes de Estambul. Fue una jornada intensa pero muy reconfortante por los comentarios de, tanto latinoamericanos como de turcos y otras nacionalidades que se sorprendieron de que hubiera cine de esa calidad en nuestros países.
De Panamá tuvimos “Causa Justa”, que fue la abrió el ciclo en ambas ciudades, película desgarradora que muestra los horrores que vivimos los panameños al ser invadidos injustificadamente por el ejército más poderoso del mundo, en 1989. También se mostró, de Guatemala, “Septiembre”, de El Salvador “La palabra de Pablo”, de Costa Rica “First Lady of the Revolution” y de República Dominicana el magnífico documental “Santo Domingo”, que muestra la importancia que ha tenido ese país y esa ciudad como la primada de América, donde todo comenzó. De Panamá también se mostró “Salsipuedes”.
A pesar de que ninguno de estos cinco países muestra el avance que tiene el cine mexicano, colombiano, brasileño o argentino, todos tienen una constante, que es que a mediados del siglo arrancaron su agresividad producción, con el impulso de leyes que fomentan la producción , además de servir de escenario para muchas películas importantes, como es el caso de Guatemala y Panamá.
Todas las películas fueron subtituladas al turco y los auditorios donde se mostraron siempre una buena afluencia. Ahora nos toca seguir construyendo sobre esta base sólida de diplomacia cultural.