Por Mariela Sagel, en El Siglo, 12 de abril de 2021.
Mañana 13 de abril empieza el mes sagrado de los musulmanes, llamado Ramadán, y se extenderá hasta el 12 de mayo. Durante ese mes los practicantes de esa religión ayunan de alimentos y líquidos (incluyendo agua) a partir de los primeros rayos de sol hasta cuando éste se pone. Va a ser mi primera experiencia en este país y observo con mucha atención todos los preparativos que se están haciendo para esta fiesta religiosa.
Todos los años cae en fechas diferentes, pues depende del año lunar, no al calendario. Se pretende que durante el ayuno se ore, reflexiones y se pida perdón por los pecados cometidos. Demora entre veintinueve a treinta días, desde la luna creciente hasta la siguiente y se celebra cada nueve meses.
Es una conmemoración de la primera revelación del profeta Mahoma (Muhammad), fundador del Islam, y considerado uno de sus Cinco Pilares. Se exceptúan del ayuno los enfermos crónicos, los que estén viajando, ancianos, embarazadas, madres amamantando a sus hijos y con la menstruación y los diabéticos. Al caer el sol se rompe el ayuno y empieza el “iftar”, que entiendo es un festín nocturno, pero no se consume licor. Este año va a ser complicado por las medidas recién reimpuestas por cuenta de la pandemia y se espera que hoy el gobierno anuncie controles más severos por los casos de COVID, que han ido en aumento, aunque sin llegar a colapsar al sistema hospitalario.
Cuando se termina este ayuno, se dan tres días de asueto. Durante todo este tiempo, además de alimentos, los musulmanes no deben fumar, mantener relaciones sexuales, comportamiento pecaminoso y deben dedicar tiempo a la oración, la lectura del Corán y realizando acciones benéficas para fortalecerse espiritualmente.
Turquía, por ser un país considerado laico o secular, puede que no se sienta tanto como en otros lugares, pero será muy interesante esta manifestación religiosa, como lo es la que celebran los judíos, nosotros los cristianos, y otras religiones. Costumbres que debemos respetar.