Por Mariela Sagel, Destino Panamá, 3 de junio de 2025
Se espera que el primer viaje que realice el recién elegido papa León XIV será a Iznik, que históricamente se conocía como Nicea, y está en Türkiye. A solamente 90 kilómetros de Estambul, es un sitio de atractivo turístico tanto por su historia como por una basílica que está sumergida en el Lago Iznik y es visible desde el aire, aunque solo está a 3 metros de la superficie.
La ocasión del viaje del pontífice es para conmemorar los 1700 años de la celebración del I Concilio de Nicea, en el año 325 d.C y que fue convocado por el emperador Constantino I.
Este concilio fue el primero que celebraron la iglesia católica y la iglesia ortodoxa, entre el 20 de mayo y el 19 de junio del año en mención. Se le considera el primer concilio ecuménico y fue aceptado por las iglesias católica, ortodoxa, ortodoxas orientales, Asiria del Oriente, Bautista reformada, presbiteriana ortodoxa, reformada, luterana y anglicana. Entre los temas más importantes que se acordaron allí fue la fecha de la Pascua, la cuestión cristológica de la naturaleza del Hijo de Dios y su relación con Dios Padre y la promulgación del derecho canónico y que el Espíritu Santo era consustancial con Dios Padre y Dios Hijo y empezó a perfilarse la doctrina trinitaria. Hay un fresco en la Capilla Sixtina que representa el I Concilio de Nicea.

El II Concilio de Nicea se celebró del 24 de septiembre al 13 de octubre de 787, más de 400 años después del primero. Lo convocó la madre del emperador Constantino VI, Irene. De los participantes más destacados figuraban Adriano I, el arcipreste romano Pedro y el patriarca de Constantinopla Tarasio. Lo reconocieron las iglesias católicas, ortodoxa, algunas anglicanas y protestantes, pero fue rechazado tajantemente por los calvinistas.
Algunas de las razones para celebrarlo fue la negativa de los iconoclastas a la legitimidad de las imágenes y su culto. La conclusión a la que se llegó fue que las imágenes sagradas, que eran veneradas, eran meras intermediarias (“traslatio ad prototypic”). Hay muchas razones para rechazar o apoyar esta veneración, que no vienen al caso. Lo que sí se destaca es la conducción en todo momento de la emperatriz Irene, que presidió los trabajos de la última sesión asegurándose de que las conclusiones fueran favorable a las imágenes, y ella fue la responsable de la promulgación de los decretos y 22 cánones, lo que causó disputas en la familia imperial por muchas generaciones.
A este concilio no asistieron los patriarcas orientales, solamente el de Jerusalén y el de Constantinopla. La emperatriz Irene era la regente de su hijo Constantino VI, que era menor de edad y se había asegurado de nombrar a un laico, Tarasio, favorable a las imágenes, como patriarca. El papa Adriano I había celebrado un concilio el año anterior en Constantinopla. Desde la celebración de este concilio la cristiandad ha tomado las imágenes y los iconos muy en serio.
Es muy significativo este primer viaje internacional del papa León XIV, no solo porque era ya un compromiso adquirido por el anterior pontífice, Francisco, sino porque Túrkiye, siendo un país con una población mayormente musulmana, fue la cuna de muchos protagonistas de la iglesia católica: el apóstol Pablo nació en Tarso, se cree que la Virgen María vivió sus últimos años en Éfeso, donde hay una casa que se venera como su última morada y fue llevada allí por el apóstol Juan después que Jesucristo le dijera, según el Nuevo Testamento: «Hijo, aquí tienes a tu madre», y a María le dijo: «Mujer, aquí tienes a tu hijo». Hay un dato sobre este lugar de peregrinación, que fue erigido a partir de unas visiones que tuvo una monja, y es que el Vaticano no ha confirmado que fue allí donde vivió la virgen. El Papa Pío XII lo proclamó «lugar santo» en 1951 y el Papa Juan XXIII lo ratificó. Posteriormente Pablo VI lo visitó en 1967, Juan Pablo II en 1979 y Benedicto XVI en 2006. Francisco, a pesar de haber estado en Türkiye en 2018 no se acercó a Éfeso.
El apóstol Juan también tiene una basílica en Selçuk, a unos 60 km de la antigua ciudad de Éfeso. Fue construida en el siglo VI por el emperador Justiniano I y se cree que alberga la tumba del santo.
El patriarca de la Iglesia ortodoxa, Bartolomé I, que reside en Estambul y asistió a la misa de entronización del nuevo papa de Roma, confirmó la intención de León XIV de seguir la ruta de Francisco en el ecumenismo y la futura reunificación del cristianismo. Se estima que será a fines de noviembre cuando se verificará esta visita.