Opinión Vida y cultura

EMPEZANDO LA TRAVESÍA POR LOS BALCANES

Por Mariela Sagel.

Una invitación a participar en un seminario de derecho marítimo en Budva, Montenegro, me permitió darme una vuelta por algunos países conocidos como los “Balcanes”, que tanta agitación y atención tuvieron y recibieron en el pasado.  Budva es una agradable ciudad en la costa del Mar Adriático, que es considerada la más turística del país, con una activa vida nocturna.  Anteriormente había estado en Kotor, que me encantó, pero la ciudadela antigua de Budva y sus playas de arena y maravillosos ejemplos de arquitectura mediterránea rivalizan entre sí y me cautivaron totalmente.

Se llega a ella por el aeropuerto de Podgorica, la capital del antiguo país que fue parte del reino de Yugoslavia y posteriormente de la República Federal Socialista de Yugoslavia.  Son 60 kilómetros de una muy bien señalizada carretera.  Budva rezuma historia, clase y mucha cultura.  Caminar por su ciudadela te hace sentir la influencia romana y griega que dejaron a lo largo de los siglos.  Es uno de los asentamientos más antiguos del litoral Adriático y la barrera que separaba ambos imperios corría por esta área.  Durante la Edad Media reinaron en Budva reyes descendientes de Diocleciano, emperador romano, aristócratas del Principado de Zeta y venecianos.  Posteriormente la ciudad estuvo bajo el dominio de Austria, Francia y Rusia.  De 1814 a 1819 Budva fue parte del imperio austrohúngaro, para pasar, en su declive, al reino de Yugoslavia.

Siendo parte de Montenegro y tras la I Guerra Mundial, el país alcanzó un acuerdo con Serbia para formar una federación que culminaría en lo que se conoció como el Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, y al final de la II Guerra Mundial pasó a ser parte de la República Federal Socialista de Yugoslavia, de la que formó parte hasta su desintegración, en 1992. Durante el conflicto bélico Budva fue un baluarte contra los nazis, y fue liberada del dominio alemán en 1944.

Después de ese año se integró en la República Federal de Yugoslavia y desde 2003, junto a Serbia, formaron la Federación de Serbia y Montenegro.  En el 2006 se logró la independencia y se constituyó en un nuevo estado.  Es miembro de la OTAN y candidato a integrarse en la Unión Europea.

De los sitios más interesantes de Budva, además de su hermoso casco antiguo, es la iglesia de San Juan, del siglo VII, uno de los templos que más llaman la atención a la población. Tiene un alto campanario que destaca en el paisaje.  También están la iglesia de la Santísima Trinidad, construida en el siglo XIX, la iglesia de Santa María en Punta, del siglo IX, desde donde se aprecia el mar.

Pero la guinda de la visita es una bella escultura de bronce que representa una joven bailarina, ubicada en una roca y donde todo el mundo se quiere tomar una foto.  Dice la leyenda que fue esculpida en memoria de la hija de una familia muy adinerada, que se acercó a nadar en el mar y no regresó.  Como todos los símbolos, se cree que tocarla da buena suerte, pero es bien difícil llegar hasta ella en medio de las rocas, a pesar de que supuestamente se pide un deseo y éste se cumple.


DESTINO TIRANA

De Budva me llevaron a Tirana, la capital de Albania, por carretera.  La República de Albania está también sobre la costa adriática y Jónica y comparte fronteras con Montenegro, Kosovo, Macedonia del Norte, Grecia y limita con Italia por agua.

El actual territorio albanés fue parte de la provincia romana de Dalmacia, de Macedonia del Norte y de Mesía Superior.  Obtuvo su independencia tras el colapso del imperio otomano en Europa como resultado de las guerras de los Balcanes, que tuvieron lugar, entre 1912 y 1913.  Albania declaró su independencia en 1912 y fue reconocida al año siguiente.

Desde esa fecha, el país fue principado, república y reino hasta que sufrió invasiones italianas en 1939.  Italia creó la Gran Albania, que luego pasó a ser protectorado nazi, en 1943.  Al año siguiente se creó una democracia popular socialista, que duró hasta la disolución y surgió en 1991 la República de Albania.

El país está empeñado en atraer inversiones extranjeras, especialmente en el desarrollo de energía e infraestructura de transporte.  Albania es miembro de la ONU, la OTAN, la OSCE, el Consejo de Europa, la Organización Mundial del Comercio, la Organización para la Cooperación Islámica y miembro fundador de la Unión para el Mediterráneo. El país es un candidato oficial para la adhesión a la Unión Europea desde enero de 2003.

BERAT Y KRUJË

De Tirana nos dirigimos a Berat, que fue conocida durante el régimen comunista como “la ciudad de las mil ventanas” o como “la ciudad museo”.  Sus tres cascos antiguos son muy interesantes y entreverados, en los que se pueden visitar muchas mezquitas e iglesias.  Su centro histórico fue declarado Patrimonio Histórico de la Humanidad por la UNESCO en 2008, junto al centro histórico de Gjirokastra.  Es sede episcopal ortodoxa.

Ubicada en las riberas del río Osum, en lo alto se encuentra un castillo que, además de albergar una pequeña ciudad, tiene comercios artesanales.  Tuvo, durante el régimen comunista, muchos edificios circulares.  Considerada la más antigua de Albania, que data del siglo VI a.C. se conocía también como Antipatrea.  La ciudad se convirtió en parte de la frontera inestable del imperio bizantino durante la caída del imperio romano y junto con el resto de la península balcánica, fue destruida y nuevamente invadida por eslavos, entre otros.  Durante el período bizantino se le conocía como Pulcheriopolis.

Después de una ocupación búlgara en el siglo IX, que terminó dos siglos después, estuvo en manos de Miguel I Ducas, el gobernador del Despotado de Epiro.  En 1345 fue devuelta a los serbios, que la renombraron Beligrad, que significa “ciudad blanca”.  Los otomanos la conquistaron en 1450 y mantuvo su control hasta 1912, pero en 1809 el tirano de origen albanés, Alí Pasha, (también llamado el León de Yánina, (1741-24 de enero de 1822)) fue el regente gobernante (Pachá) de la parte oeste de Rumelia, el territorio europeo del Imperio Otomano. Su corte estaba en Ioánina.

Sus callejuelas resuman historia y vivencias y se pueden apreciar interesantes símbolos cabalísticos en sus iglesias y mezquitas.

Krujë es la ciudad medieval por excelencia de Albania. Está situada sobre una colina y además de su castillo, destaca por tener uno de los bazares más bonitos del país. No se puede hablar de la ciudad sin nombrar a Gjergj Kastrioti, un guerrero albanés que se rebeló contra el Imperio otomano. Es conocido popularmente como Skanderbeg o como héroe nacional, pues gracias a él se consiguió la tan ansiada independencia de Albania. Skanderbeg nació en Krujë y es por ello por lo que el museo situado en el interior del castillo lleva su nombre.

El Museo Skanderbeg, también conocido como Museo Krujë o Museo Nacional «Gjergj Kastrioti Skënderbeu» es uno de los museos más importantes y visitados de Albania. Fue construido a finales de los años 70 e inaugurado en 1982. El museo tiene el carácter de un monumento, arquitectónicamente inspirado en las tradicionales torres de piedra albanesas y la arquitectura románica medieval.​

El castillo de Krujë, que alberga el museo, es una ciudadela histórica. Las tropas otomanas lo atacaron tres veces, en 1450, 1466 y 1467, pero no lograron tomar el control. Fue esta fortaleza inexpugnable la que ayudó a Skanderbeg a defender Albania de la invasión otomana durante más de dos décadas.

El proyecto del Museo Skanderbeg se basó en la plataforma conceptual del interior del antiguo castillo de Krujë. El magnífico recinto contiene objetos que datan de la época de Skanderbeg y las exposiciones se han organizado de una manera que narran su vida y sus hazañas militares. Se exhiben pinturas, armaduras y otros artefactos que datan de su época para mostrar uno de los períodos de mayor orgullo de la historia de Albania. Una exhibición interesante es la réplica del famoso casco con cabeza de cabra del héroe, cuyo original se exhibe en el Museo de Historia del Arte de Viena.​ Desde lo alto de Krujë hay unas vistas espectaculares, así como restaurantes muy agradables.  Albania es un país hermoso que lleva su pasado otomano a cuestas y Tirana, una ciudad moderna y muy dinámica.


2 COMENTARIOS

  1. Muy agradecido por este artículo tan interesante y lleno de historia!

  2. Hermoso viaje y muy interesante artículo! 🙂👏🏻👏🏻👏🏻

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