MARIELA SAGEL
La Estrella de Panamá, 6 de enero de 2013
El profesor Paulino Romero enfiló sus finos cañones a inicios del año con una columna que parecía un misil, anticipando el año pre agónico que va a vivir el partido en el poder. En él se refiere al ‘régimen de mando personal’ que hasta ahora ha llevado a cabo el dueño de ese partido, con su personalísimo manejo demoledor y avasallante.
El regreso a Panamá siempre me causa estupor, por la actitud de los panameños. Mientras uno sale de Canadá con unas facilidades extraordinarias, haciendo aduana y migración estadounidense en el mismo aeropuerto de Montreal, para no tener que someterse al maltrato sin discriminación que le aplican a los que ingresan a los Estados Unidos, aunque sea de paso, llega a estrellarse con la dura realidad de la actitud displicente y arrogante de los funcionarios que atienden en el aeropuerto.
En el vuelo uno escucha los comentarios de los pasajeros que vienen por vez primera a Panamá y quedan estupefactos por su perfil urbanístico. Están esperanzados con encontrarse en un país del primer mundo. A medida que uno se adentra en el moderno aeropuerto, que ahora tiene un spa, llega a la triste realidad de que en el área de equipaje las máquinas que dispensan los carritos para colocar el equipaje no funcionan. Pero no solamente no funcionan, sino que unos sujetos con uniforme de camisa celeste y con abierta actitud de que el negocio es de ellos, le dan a uno el carrito a un costo de $3.00 como si fuera un favor.
En una ocasión pedí un recibo y me dijeron que ellos no daban recibos. En esta ocasión, me tomé el trabajo de ver que a pesar de que el aeropuerto tiene varias correas que disponen del equipaje, todas estaban desprovistas de los necesitados carritos y solamente en una estaban estos individuos, apostados sobre ellos, en actitud desafiante y cobrando directamente a los que necesitamos esa ayuda.
Me tocó ver muchas personas, casi todas extranjeras, sorprendidos que las máquinas que están instaladas (que seguramente las sacaron a licitación) no funcionan, pero que estos señores que se autoproclaman www.maleterosdepanama.com las controlan y a pesar que su página web detalla los servicios que ellos prestan, está lejos de la realidad la atención que brindan.
No ayudan a nadie, no ofrecen sus servicios y lo peor, se la pasan contando dinero, arrimados sobre los carros, cuando muchas personas están necesitadas de una mano, especialmente aquellos que viajan con bebés o con mucho equipaje.
No reclamo que los carritos sean gratis, en todos los aeropuertos de China donde estuve lo eran, pero en otras ciudades hay que pagar por ellos, pero las máquinas que los dispensan funcionan, sea con dinero o con tarjetas.
Pero esa actitud de hacer ver como que es un favor que te alquilen el carrito y encima, parece un negocio ‘algo personal’, no nos da una buena imagen.
Se ha invertido mucho en el aeropuerto, en su expansión, en los servicios que brinda y generalmente los trámites que se realizan allí son bastante expeditos. Pero estos maleteros, que según su web son parte de una cooperativa, estropean la impresión que uno tiene cuando llega a este país.