Convivencia La ética y la política Opinión Panamá Publicado en El Siglo

Fin de una era

MARIELA SAGEL 

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El Siglo, 18 de Junio de 2012

La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID por sus siglas en inglés) se retira de Panamá después de 50 años de haberse establecido formalmente aunque desde 1940 estuvo brindando ayuda técnica, concretamente en el establecimiento de una plantación de caucho, cuando aún no se había conformado como el brazo de asistencia a los países en desarrollo.

Las razones básicas para cerrar sus oficinas son que Panamá ha crecido tanto económicamente, que su Producto Interno Bruto se ha quintuplicado en los últimos 22 años (después de la invasión), lo que coloca a Panamá en una posición privilegiada al mismo tiempo que lo descalifica para seguir recibiendo ayuda o subsidios en programas de desarrollo.

La AID ha sido vista en Panamá, como en otros países, como otro brazo más de la inteligencia estadounidense para espiar en el país, pero eso está lejos de la realidad. Los años que ha estado presente –interrumpidos cuando fueron expulsados por los militares— han brindado ayuda técnica en temas como sostenibilidad, fortalecimiento de gobiernos locales, asuntos de género, sistema penitenciario, capacitación de jueces, provisión de equipos para sistematizar los procesos y otras muchas actividades que han beneficiado a comunidades de escasos recursos y autoridades de gobierno. Cuando se reabrieron sus oficinas, posteriormente a la invasión de 1989, fueron los que canalizaron la ayuda que el gobierno de los Estados Unidos había destinado para reconstruir el país, que aún no sabemos si se recibió en su totalidad. Lo cierto es que las agencias de cooperación funcionan en base a un presupuesto, y si éste no se ejecuta, sea por las razones que sean, el mismo no está disponible para el siguiente año. A lo mejor los panameños no supimos ejecutar a tiempo los programas que se habían acordado.

En el Panamá post invasión tuvo una encomiable tarea: atender a los miles de corrilleros que quedaron sin hogar y que fueron ubicados temporalmente en hangares de Albrook. Gracias al apoyo que recibió el director en ese momento de la señora Teresita de Arias, esposa del Vicepresidente Ricardo Arias Calderón, la labor se llevó a cabo con éxito y sin grandes traumas.

Hace poco estuvo de visita en nuestro país una de las más altas autoridades en su momento de esa misión y quien ahora está en Afganistán y quedó gratamente sorprendida de los avances que ha tenido Panamá y pudo concluir que los esfuerzos que hicieron no fueron en vano.