Son varias las lecturas que uno puede hacer de este mal llamado ejercicio democrático, pero hay dos constantes: el tal partido no tiene nada de democrático, porque en sus estatutos no se permite disentir, ni una sola vez (Artículo 37) y sabiendo que los que llegaron como tránsfugas pueden hacer lo mismo el día de mañana, cuando las condiciones del ejercicio del poder les sean adversas, los quieren amordazar.
No le veo el propósito que un insistente Dr. Oscar Ávila aspire a ser candidato a diputado, siendo él mismo tránsfuga del PRD en el que no pudo a llegar a correr porque no lo eligieron en primarias. Su caso es patético y una necedad de su parte, casi tan patética y necia como la del aspirante a representante que sale en sus vallas con su perro. No se sabe si votarían por el perro o por él.
La miopía política que ha movido esta errada estrategia es la apuesta por la estabilidad actual de la Asamblea, no la de futuro, y por ser tan cortoplacista, seguramente arrojará indicativos de hacia dónde va esta clase de chusma política que no se atreven a ir a una contienda interna para conocer si son aceptados en su partido.
Hay provincias donde hasta el 100% de las candidaturas ha sido reservado, por lo que los resultados, aún en proceso al momento de escribir este artículo, no los conocemos. En resumidas cuentas, estas primarias son una burla para el Tribunal Electoral y para el país en general.