Por Mariela Sagel, en El Siglo, 10 de enero de 2022.
Ayer se cumplió el aniversario 58 de la gesta patriótica que desató la lucha generacional que permitió a Panamá iniciar el camino, no siempre fácil, de conseguir un tratado mediante el cual los Estados Unidos nos devolvió el control y manejo del Canal de Panamá y la abolición del infame enclave colonial que representaba la Zona del Canal.
Otro año más en que cae un domingo y se da el lunes libre, lo que muchos aprovechan para ir a la playa o descansar, sin meditar sobre lo que esa gesta significó para los panameños.
Gracias a la importancia que le da a la historia, la profesora Wendy Tribaldos publicó recientemente un libro titulado “Lo que no me contaron”, y en él hace un recuento pormenorizado, con apuntes tan profundos como el papel de los medios radiales en enardecer a la población durante los encuentros entre zonians y panameños, así como detalles tan interesantes como que la bandera que llevaron ese día los estudiantes a la escuela superior de Balboa, no hubiera podido izarse porque no tenía ojetes. Pero más allá de refrescarnos la memoria de lo que pasó durante esos aciagos días en los que el presidente de entonces, Roberto F. Chiari, se vio obligado a romper relaciones diplomáticas con la potencia del norte, profundiza en la irresponsabilidad que estamos perpetrando a la historia de nuestro país, que se ha visto marcada por hechos como éste, pero que se deja a un lado y no se enseña, ni en las clases ni en los programas educativos.
Un libro invaluable con muchísima información, sobre todo ahora que se desclasificaron los documentos que reposan en el Departamento de Estado de los Estados Unidos, y que debería ser de obligatoria lectura tanto en las escuelas como en la divulgación que se hace de nuestro país en el extranjero. Somos lo que hemos vivido, y ese 9 de enero es una de las fechas más importantes en la vida de la nación panameña, por eso debemos rescatarlo del olvido.