MARIELA SAGEL
El Siglo, 19 de noviembre de 2012
Aún no se han cerrado las heridas que causó el despliegue ‘militar’ que hizo la Policía durante los desfiles patrios, no solo entre los que sintieron la bota de los milicos en las calles de nuevo, puesta por los que forman parte de la institución que reemplazó a las Fuerzas de Defensa de Panamá (para cuya extinción Estados Unidos tuvo que invadir nuestro país), sino entre los ministros que se disputaron el orden dentro del cual se haría esta especie de amedrentamiento hacia la población. Hoy sabemos que las unidades que desfilaron no todas eran de la Policía Nacional, pero tampoco eran —como se ha señalado— del Senafront (Servicio Nacional de Fronteras), sino del Servicio Nacional Aéreo Naval (SENAN). La confusión viene porque usan el mismo uniforme. Habrá que preguntarle al ministro de Seguridad por qué esta unificación, que seguro no será para ahorrar recursos.
Aparte de lo intimidante que resultó el ver que estamos remilitarizándonos en el mal sentido de la palabra y hurgamos un poco en los cuestionamientos que se han hecho públicamente, hemos visto a un ministro de Seguridad fuera de control en un programa de televisión, señalando en forma amenazante a la población y a una ministra de Educación que lo acusa de haber sido el responsable de alterar el orden del desfile para que se sintiera el temor de la remilitarización que se está llevando con tanto éxito, a nuestras espaldas.
Un detalle queda por fuera y parece que nadie lo toma en cuenta, y es que un comisionado es el viceministro de Seguridad, un militar que viene de la Dirección de Investigación Judicial (DIJ) y fue nombrado apenas un mes antes de los polémicos desfiles. Acostumbrados a los aspavientos que la sociedad civil hace de todas estas movidas, pareciera que aquí no ha pasado nada. Cabe preguntar, en el caso del comisionado Moreno, y si se llega a aprobar la equiparación de los salarios de comisionados y subcomisionados a de los de ministros y viceministros, si este señor devengará dos sueldos.
El presidente ha dicho que es justo que todos los panameños ganemos sueldos dignos y por eso hay que subírselos a todos. Ojalá el ejemplo entre por casa y todos los empleados de sus múltiples empresas (las que tiene con Varela y las que no) ya tengan sus salarios ajustados, a fin de predicar con el ejemplo