HOY POR MI, MAÑANA POR TI
Por Mariela Sagel, La Estrella de Panamá, 5 de junio de 2016
Actualmente el admirable periodista de televisión, Luis Casis, lleva adelante una colecta de fondos para que se le pueda realizar una operación de trasplante de hígado a una niña, y por lo que se ve en los reportajes diarios, ha sido muy grande la solidaridad de la empresa privada y el público en general, que han donado hasta vehículos para que se logre esta meta, igual que hace unos meses lo hizo con el niño Asbdel Araúz, al que le hicieron un trasplante de corazón. Casís es incansable, estuvo muy activo detectando todos los huecos de las calles de Panamá cuando se instituyó el “Hueco Tuitero”, que mereció un premio en el reciente Concurso Nacional de Periodismo y generalmente abraza estas causas de conseguir fondos para niños que requieren tratamientos médicos muy especializados.
Valdría la pena que se estudie la posibilidad en éste y en futuros casos, someter a los pacientes con necesidad de trasplantes a la consideración de la Organización Panameña de Trasplantes, que ya ha hecho exitosas operaciones en nuestro país, la más reciente una de trasplante de corazón en el mes de marzo. Hace unos meses tuve el privilegio de escuchar al Dr. César Cuero, Director de esta organización, que está adscrita al Instituto Gorgas, en una conferencia que ofreció a los alumnos de la escuela de Coclesito. El Dr. Cuero explicó de manera muy amplia cómo todos podemos convertirnos en donantes de órganos, la forma en cómo opera esta organización, con los más altos estándares, el hecho de permitir la donación de los órganos de un familiar que muere repentinamente y que puede ayudar a vivir a otros, y las nuevas disposiciones de la ley en que en la cédula y la licencia se estipula si uno está dispuesto a ser donante de sus órganos cuando muera.
Son muchas las preguntas que surgieron de su ponencia, especialmente en lo que se relaciona a la edad y al sexo. El Dr. Cuero dejó claro que de los órganos que más demanda tienen son riñones, córneas e hígado, especialmente éste último porque es uno que se regenera, o sea que un pedazo pequeño puede crecer sin perjuicio de los otros. El joven que donó su corazón para esa primera operación tenía 24 años y la que lo recibió fue una mujer de 51 años. Este muchacho también donó el hígado, las córneas y los riñones porque había sufrido una muerte encefálica.
Todos estos gestos de solidaridad me vienen a la mente en estos momentos en que la libertad de expresión tiene quien la defienda, por muchas personas tanto dentro como fuera del país, pero entre colegas, las manifestaciones han sido tibias y, en especial, en la reciente toma de posesión de la nueva presidenta del Consejo Nacional de Periodismo, totalmente ausente. La Estrella de Panamá y El Siglo están en peligro de desaparecer y algunos medios parecen aves carroñeras alrededor de un cadáver maloliente.
Hace unos años, en los tiempos aciagos del gobierno de los locos, La Prensa sufrió uno de los tantos ataques que le propinaron, y la noche en que pretendieron que no saliera la edición, los primeros que se hicieron presentes en los predios de ese diario fueron los directivos de La Estrella. Ya corren rumores de grupos económicos poderosos se quieren hacer con esos periódicos, aprovechando la debilidad en que los ha puesto el haber sido incluidos en la Lista Clinton.
Los panameños seguimos teniendo mentalidad de súbditos, dejamos que una agencia de los Estados Unidos dicte las normas con las que nos regimos. Estamos a expensas de sus caprichos, incluyendo que hundan, por “sanciones administrativas”, a cientos de empresas y dejen en la desesperanza a miles de familias. El gobierno, que debe enfrentar con firmeza y prontitud tales acusaciones, se muestra dubitativo y lento, aumentando la desconfianza que ya ha venido acumulando por su “tortuguismo”. Es muy posible que haya necesidad de hacer un trasplante de inteligencia, celeridad y dignidad a varios de los que toman decisiones. Si seguimos esperando la evaluación del gabinete, llegará el 2019 y todavía no se habrá terminado.