Integración cultural
MARIELA SAGEL
La Estrella de Panamá, 30 de Septiembre de 2012
Abril-Mayo nos permitió que gozáramos del I Festival Internacional de Cine, que congregó a más de 10 mil personas en una maratón de buenas películas de varios países del mundo y sentó pautas para establecerse y quedarse como un evento que se realizará todos los años. En agosto se celebró la VIII Feria Internacional del Libro, que tuvo de país invitado a Francia y que superó tanto en actividades como en taquilla hasta las expectativas más conservadoras y, a pesar de las usuales quejas —de que se debió organizar en quincena, para que las personas tuvieran dinero para comprar, entre otras que nunca faltan, como si ATLAPA le diera a uno a escoger cuándo la realiza— desvirtuó aquello que el panameño no lee. Terminamos este mes de septiembre con el Festival Internacional de Poesía Ars Amandi, que se celebra por tercer año consecutivo.
Los países invitados a este evento fueron Canadá, Argentina, Cuba, España, Honduras, México, Perú, Venezuela y por supuesto, Panamá. Esta tercera versión fue dedicada a la escritora, educadora y poeta Diana Morán y se inauguró en la vetusta Casa Blanca, sede de la Alianza Francesa de Panamá, en Bella Vista, edificio que ha resistido el avasallamiento que con la excusa del desarrollo, ha ido dándole cada vez una cara más fea a la ciudad. En otro evento cultural de trascendencia, también celebrado este año, el X Encuentro Internacional de Escritoras, se estableció que este año sería dedicado a esta destacada panameña.
Diana Morán fue una compatriota de la que todos debemos enorgullecernos. Murió en México hace 25 años siendo profesora titular a tiempo completo en la Universidad Autónoma Metropolitana. Fue exiliada después del golpe militar, siendo dirigente de la Asociación de Profesores y docente del Instituto Fermín Naudeau, cuando esa escuela secundaria era el más reputado colegio público. Desde allí ejerció una positiva influencia en la pléyade de estudiantes que son hoy dirigentes políticos e intelectuales, y les inculcó el amor por el arte y la patria. Egresó del prestigioso Colegio de México como Doctora en Letras Hispánicas en 1979 con la tesis Cien Años de Soledad, novela de desmitificación, que fue editada por la UNAM un año después de su fallecimiento. Obtuvo el premio Ricardo Miró en 1965 y sospechosamente su obra poética no fue publicada. Era una poeta combativa y revolucionaria.
En el escenario del Festival, se presentó el documental Diana Morán: Flor de Terquedad, el que sobrecoge a quienes lo pudimos apreciar por su valioso testimonio. La noche de apertura el poeta Edilberto González Trejos señaló que la integración empieza por la cultura, y es así en medio del trepidante desprecio que se vive a diario con el supuesto desarrollo y crecimiento económico del país a mansalva. Eventos como éste no solo nos ayudan a oxigenarnos, sino que evidencian que los panameños estamos ávidos de eventos culturales y que mientras más nos quieren alejar de ella, por medio de radares, viaductos, represión y mentiras, más participamos de las recreaciones artísticas que tenemos la oportunidad de vivir en Panamá.
Después de todo, ¿quién no ha hecho propios los versos ajenos o garabateados algunos inspirados en los más nobles sentimientos? El slogan del Festival Ars Amandi, en busca de lo humano, que es lo que inspiró a Diana Morán, resume lo que seguimos creyendo, que la ruta a seguir para obtener la libertad como personas es a través de la cultura.