LA AVENTURA DEL PEATON
Por Mariela Sagel, El Siglo, 20 de noviembre de 2017
En nuestra ciudad cada vez se hace más temerario cruzar una calle o una avenida, aunque sea en un paso cebra, como se les llama a los pasos que están pintados con líneas blancas y que indican que por allí se debe cruzar y no por donde a uno le dé la gana. De hecho, los pasos cebras se están desapareciendo bajo las capas y capas de asfalto que le pasan y que elevan la calle, pero en el borde con la acera queda un enorme precipicio que no pueden salvar una silla de ruedas o un coche de niño.
En otros países es obligatorio cruzar en pasos cebras y los autos respetan a los que lo hacen por encima de todo. Aún en las ciudades donde el tráfico es casi de locos, se siente que por lo menos en esos espacios, el peatón tiene la razón.
Para hacerlo acorde a los tiempos, los pasos cebras pueden pintarse en otros colores, lo que los convierte en elementos artísticos y distintivos de cada barrio. Se deben reforzar los existentes en Vía España, Ricardo J. Alfaro, Vía Argentina, Ave. Manuel Espinosa Batista y Federico Boyd, por mencionar las vías más transitadas. Todo esto contribuiría en el mejoramiento urbano en que se ha empeñado el Alcalde Blandón y que tiene en el Cangrejo a más de uno disgustado por los inconvenientes que han traído las obras.
En el cruce donde está la Iglesia del Carmen y las oficinas de Ampyme se forma en la isleta que determina las vías, cuando llueve (y en estos días no ha dejado de llover) un lodazal y el espacio que permite a los peatones cruzar es casi de uno a uno, siendo este punto de la ciudad uno al que concurren muchas personas, por tener una salida del Metro allí, que encima de todo es de las más modernas.
Como este nudo, hay muchos ejemplos que deben remediarse con voluntad de servicio y buena conciencia.