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LA BATALLA DE LOS DARDANELOS

Por Mariela Sagel, en La Estrella de Panamá, 26 de marzo de 2021.

     La batalla de Galípoli o de los Dardanelos se escenificó en la península turca de Galípoli cuando transcurría la I Guerra Mundial.  Este año se celebraron los 106 años de esa histórica gesta, que tiene mucho significado para los turcos, que la llaman “Çanakkale Savaşlari”.  Se inició en febrero de 1915 con un bombardeo masivo desde buques de guerra británicos y franceses contra los fuertes otomanos que defendían el Estrecho de los Dardanelos.  El ataque fue infructuoso ya que los turcos habían sembrado minas de mar.  El propósito era obvio: la conquista de la capital otomana por ingleses y franceses, la antigua Constantinopla, tan codiciada.  Además, el control estratégico del estrecho les permitiría a Francia e Inglaterra, así como a Irlanda abastecer el Imperio Ruso y encerrar al imperio alemán, el austrohúngaro y el otomano.

     La idea fue de Winston Churchill y se pretendía desembarcar en Galípoli, pero el asunto no resultó, creando más de 250 mil bajas de ambos bandos.  Se quería proteger los intereses del Reino Unido en Egipto y estando este estrecho tan estratégicamente situado, se enfilaron los cañones hacia él.

     Todo empezó en octubre de 1914, cuando dos barcos de guerra bajo el mando de oficiales alemanes entraron en el Mar Negro y bombardearon el puerto ruso de Odesa.  Ante esto, los otomanos entraron en la guerra y la emprendieron contra el imperio ruso desde el Cáucaso.  En represalia, los ingleses bombardearon los fuertes otomanos en Galípoli, invadieron Mesopotamia y empezaron a planear entrar en el estrecho de los Dardanelos.  Turquía tiene dos estrechos que eran muy codiciados por los estrategas de guerra:  Los Dardanelos y el Bósforo.

     El primer ataque contra los Dardanelos la ejecutó una escuadra anglo-francesa en la que el buque Queen Elizabeth bombardeó las costas otomanas.  Las condiciones climáticas impidieron que se usaran más aviones y solo uno de ellos logró penetrar en el férreo control otomano.  Churchill estaba empecinado en acabar con las fuerzas del imperio.  Fueron muchos los esfuerzos por hacerse del control del estrecho, pero a todos se respondió con presteza y gran puntería.

     Los aliados menospreciaron el poder turco, ostentando un sentimiento de superioridad que fue consecuencia de la mala información del espionaje, que se basaba en datos erróneos.

                Surge entonces la figura de Mustafá Kemal, que era teniente coronel y que conocía la zona por su experiencia en las guerras balcánicas.  Los alemanes vinieron a apoyar a los turcos con más de 25 mil soldados y, por esa razón, todos los años se les rinde homenaje.  La batalla era tan dispareja que Kemal, convirtiéndose ya en el líder de esta gesta, les dijo «No les ordeno que luchen, sino que mueran. Mientras morimos, podrán llegar otros soldados y otros jefes para ocupar nuestros puestos».  ​ La respuesta de los otomanos no se hizo esperar, mandaron un contingente a la península, asaltando posiciones enemigas y abriéndose paso en el sector francés.  Lo que siguió fue una batalla sin tregua, donde se hundieron submarinos y murieron muchas personas. El balance de los diez meses de guerra cobró 213,980 bajas en el lado inglés y 120,000 en el turco.

     El ataque a los Dardanelos fue el único golpe estratégico de la I Guerra Mundial, ideada por Winston Churchil a fin de controlar las vías que permitieran abastecer al imperio ruso de cañones y municiones, a la vez que estos exportaran cereales, mejorando la balanza comercial y el intercambio.  También pretendía inducir a los reinos de Bulgaria y Rumania a que se aliaran en su bando y de paso, ayudando al reino de Serbia, a fin de hacerle frente al imperio austrohúngaro.

     Galípoli representó el ascenso de Mustafá Kemal Atatürk y una sombra para el posterior primer ministro Winston Churchil.  Cada vez que a tropas inglesas o francesas se les ordenaba desembarcar, aducían tener el “Síndrome de Galípoli.  El imperio otomano entró en la I Guerra del lado de los alemanes y austrohúngaros.  Atatürk, a quien entonces solo se le conocía como Kemal fue enviado a Rodosto, al lado del Mar de Mármara, y bajo su mando estaba la península de Galípoli.  Su figura se fue engrandeciendo por su destacada participación en las batallas de marzo y agosto de 1915, defendiendo la zona contra el desembarco aliado de tropas británicas, francesas y las que conformaban las australianas y neozelandesas (ANZAC).  Fue así como se labró su fama de gran jefe militar, se convirtió en héroe nacional y se le concedió el título de Pachá (comandante).

     Esta batalla tuvo varios significados y repercusiones: para los australianos, su reunificación como nación; para los rusos, aceleró la caída del zar Nicolás II de Rusia, ya que la incapacidad de los aliados de abastecer el país por mar causó una hambruna que degeneró en descontento y el principio del fin del imperio ruso.  Para los irlandeses, por el enorme número de bajas, tuvo influencia en el estallido de la guerra de independencia irlandesa, que se alzaron contra la autoridad británica. 

CONMEMORACIÓN:

     Todos los años se realiza una ceremonia frente al monumento de lo que los turcos han llamado “Día de los mártires del 18 de marzo” y este año se cumplieron 106 años.  Varios fueron los ministros que asistieron, como el de Transporte, el de Cultura y Turismo y el presidente del Parlamento, Mustafá Şentop.  Se recordaron los héroes caídos, los que ofrendaron su vida por ese sacrificio a la patria y enaltecieron su legado.  Mehmet Nuri Ersoy, Ministro de Cultura, dijo “Muchas naciones se arrodillaron ante la arrogancia y sueños de victoria, que posteriormente se les convirtió en una realidad amarga. Çanakkale es el sitio donde las uniones que se basaron en intereses de una hermandad de siglos fueron derrotadas. Con una sola bandera y bajo la conducción de un país se derrotó al conjunto de intereses que nos atacaban”.

     Çanakkale es muy simbólico para la nación.  De allí emergió la figura del coronel Mustafa Kemal, el héroe de Anafartalar, que inició la ruta hacia la independencia y fundación de la República de Turquía, que culminó en 1923. Hay que entender cómo se libró esa batalla para comprender la guerra de independencia, la actitud que tenían las potencias de entonces hacia el imperio otomano, las intenciones para los ataques que se sucedieron.

     En virtud de esta conmemoración, se ha erigido un monumento al aire libre, con un impresionante mausoleo, que es cuidado con celo y de forma muy meticulosa. Enfatizando que allí se conmemora a los mártires y veteranos que aportaron sus vidas a la independencia y el futuro de la nación, el ministro reiteró que “espera que nuestra gente, especialmente los niños y la juventud, aprendan una y otra vez los martirios, trincheras y bastiones que allí se libraron.  Es una herencia de 106 años, que dejaron los ancestros con una gran dosis de humanidad, que sobrevivirá tanto como la nación turca.  Y que se seguirá compartiendo esta herencia grandiosa con el mundo.

     Este año se conmemoró la batalla en varias provincias, y en el lugar donde está el monumento se colocaron ofrendas florales y se guardó un minuto de silencio y se cantó el himno nacional de Turquía.  Se escucharon 17 cañonazos y fueron invitados de honor delegados australianos que están acreditados en Turquía.

     La cuota de sacrificio fue muy alta. Los otomanos recuperaron la dignidad militar y desde ese orgullo fue surgiendo la república. Muchos han sido los poetas que le han cantado a esta gesta, entre ellos el compositor del himno nacional, Mehmet Akif Ersoy.