Por Mariela Sagel, El Siglo de Panamá, 27 de enero de 2025

     La mensajería instantánea a través de la aplicación de WhatsApp se ha vuelto tan indispensable que para muchos es la única forma de comunicarse con sus amigos o parientes.  También ha sustituido hasta los cobros y, por supuesto, todas las gestiones de cotizaciones y gestiones de toda índole que concierne a contratos y relacionados.

     Últimamente el hackeo de las cuentas de WhatsApp ha ido en incremento y no sé si los “hackeadores” seleccionan a sus víctimas, pero la mayoría de los que se escuchan son personas de alto perfil.  Ellos te “hackean” la cuenta (no te roban el contenido sino los contactos) y haciéndose pasar por ti, piden dinero y más recientemente, piden que votes para una posición y al uno caer e ingresar al enlace o código que te proporcionan, hackean esa cuenta.  Es un sinvivir que te deja con una sensación de vulnerabilidad que es indescriptible.

     El lunes pasado fui víctima del hackeo de mi cuenta de WhatsApp.  Me llamaron de un número que yo no conocía, me habló una persona con un acento que no era local, y me preguntó si yo estaba tratando de acceder a mi cuenta desde otro teléfono.  Me preguntó mi nombre y no se lo dí porque desconfié y en eso me mandaron un código que ellos aparentemente vieron y de allí, empezaron a contactar a todos mis contactos.

     Enseguida me llamaron amigos de todas partes del mundo indicándome que me habían hackeado la cuenta.  Yo llamé a mi proveedor de telefonía y le pedí que suspendiera la línea y solicité ayuda, pero solo me indicaron que le escribiera a WhatsApp.  Al día siguiente me personé a una de las oficinas del operador de telefonía, pues me habían dicho que ellos resolverían cambiándome el chip del teléfono.  No pudieron ser menos empáticos y no resolvieron NADA.  Mi hija me mandó un manual de cómo recuperar la cuenta y me puse a ello.  Cuando finalmente me contestaron por correo electrónico, me pidieron que relatara todo lo que había pasado y me tomó como tres cuartillas hacerlo, pero esa misma noche me contestaron con los pasos que debía seguir, lo que hice juiciosamente y en menos de cinco minutos recuperé mi cuenta de WhatsApp y la blindé con las sugerencias de seguridad que me dieron.

     Es un engorro y desgastante, y si encima han pedido dinero, toca ir al banco a buscar los Yappys que te mandaron y llevarlos a la Fiscalía.  Hay que estar alertas y desconfiar de mensajes que tienen una redacción que no se ajusta a lo que es usual de una persona que conoces. Ojalá que no les pase porque la sensación de impotencia es indescriptible.

*El término hackeo es el acto de acceder a sistemas informáticos o redes sin autorización.