Lunes 21 de septiembre de 2015
…el deseo de superación vence todos los obstáculos, igual que lo hacen los que van a estudiar a China, a India…
San Petersburgo, Rusia – Me encuentro en Rusia en un viaje largamente planeado y soñado y con las expectativas de conocer lo más que pueda de este inmenso y gran país. Cuesta entenderlo un poco así a la ligera, teniendo tan poco tiempo y pocos antecedentes.
La barrera más difícil es el idioma, porque no todo el mundo habla inglés, mucho menos español, y el alfabeto ruso es diferente al nuestro, por lo que ni por suposiciones puede uno asociar un aviso con alguna palabra relacionada.
Apenas me estoy familiarizando con esta ciudad, trazada como las grandes capitales europeas gracias a la visión de Pedro I, llamado ‘El Grande’, que buscando una salida al Mar Báltico logró hacerse con un sitio privilegiado y estratégico para el poderío naval de una nación tan vasta.
Era parte de la dinastía Romanov y reinó desde fines de 1696 hasta su muerte. Las amplias y bien trazadas avenidas reclaman la influencia que el monarca fue a buscar en Italia, Francia y Alemania.
Con todo esto en mente recuerdo a los estudiantes panameños que vinieron desde 1960 a hacer su carrera universitaria, gracias a las becas que otorgaba la Unión Soviética.
Casi todos ellos eran de bajos recursos y muchos estudiaron carreras que no se daban en Panamá o eran muy difíciles de practicar, como la ingeniería de minas.
La Universidad de la Amistad de los Pueblos acogió no solo a nuestros nacionales, sino a estudiantes de muchos otros lugares, que hoy forman legiones de egresados que se han destacado en todos sus lugares de orígenes.
Ha debido ser muy duro para ellos, acostumbrarse a este idioma, a este clima y estas costumbres austeras, en una época en que la situación era muy diferente a lo que hoy es.
Pero el deseo de superación vence todos los obstáculos, igual que lo hacen los que van a estudiar a China, a India, donde sea.
Siempre prevalece el compromiso por ser mejor y aportar a su país.