La ignorancia es atrevida
9 de Agosto de 2010
Esta frase, cuyo autor es aparentemente desconocido, es objeto y sujeto de muchas discusiones y foros, tantos que tiene su sitial en las páginas de internet. En lo que nos atañe a nosotros, los panameños, no sólo vemos a diario que la ignorancia es atrevida, sino que los que mandan creen que todos somos ignorantes y nos tratan como tales.
Veamos algunos ejemplos recientes: después de un año de gestión y varios modelos financieros, todavía andan dándole vuelta al tema de desprivatizar los corredores. Ya se ha conocido que no será hasta dentro de por lo menos diez años en que se podrá disfrutar de corredores sin costo, mientras tanto, se comprometen fuertes sumas de dinero, que son el ahorro de todo el país, en complacer a los «charros» mexicanos recomprándoles las infraestructuras que han usufructuado durante el mismo tiempo en que nos tomará hacernos cargo de ellas.
Sigue todo lo concerniente a la titulación de tierras, ventilando que si un ministro se opone y los otros insisten en crear una entidad que maneje el tema. Y nosotros, como convidados de piedra, sin que se nos tome en cuenta. Continuamos con la tristemente célebre «ley Chorizo», que se pasó de todas maneras con las consecuencias lamentables que todos conocemos y aún se insiste por medio de declaraciones tajantes, que las acciones en contra fueron orquestadas por la oposición (léase PRD) y a través de mensajes subliminales radiales se publicita que es buena para los sindicatos y los que nos oponemos es porque estamos privando de la libertad de decidir a los que les afecta.
Ahora nos están tratando de meter un gol (ya pasado el sopor del Mundial) de complacencia para con el último regalito que dejó el Presidente Uribe –metiéndonos en el mismo costal a Venezuela y Panamá— de hacer una carretera cerca del Darién –dada precisamente en concesión— y por allí viene otro madrugonazo con la continuación de la Cinta Costera.
Y en el mientras tanto, nos entretienen con el asesino en serie de Bocas del Toro y otras tantas historias, que por el morbo que generan, desvían la atención de los temas medulares que deben ocupar a la ciudadanía.
Es definitivo que en este gobierno la tónica es preferiblemente pedir perdón que pedir permiso. Un gabinete compuesto por quienes demuestran que sus prácticas empresariales no son las más transparentes y éticas.