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LA IMPORTANCIA DEL CINE DOCUMENTAL

Por Mariela Sagel, Facetas, 15 de septiembre de 2017

Panamá ha ido colocándose, poco a poco y de forma independiente, en el mapa de los productores de cine alternativo y también comercial. Este año se celebró la sexta versión del International Film Festival (IFF) en abril, que con un demoledor apoyo de la empresa privada lleva a cabo la fundación IFF, en asocio con el Toronto International Film Festival (TIFF) y esta semana culminó la décima versión del Festival Ícaro con la presentación de la película del documentalista peruano-español Javier Corcuera, “Sigo siendo” (Kachkaniraqmi en lengua quechua).

A nivel centroamericano, el Festival Ícaro cumple 20 años, y sus inicios se dan en Guatemala, a fin de unir la región a través del arte y la cultura, poniendo especial énfasis en la diversidad cultural, los derechos humanos y el medio ambiente, utilizando como herramienta una cultura de paz.  Intenta, a través de la Política Cultural de Integración Centroamericana promover bienes y servicios que deriven de industrias culturales y creativas a escala internacional.  Los festivales se realizan en la región, desde Guatemala hasta Panamá y también en ciudades como Nueva York, La Habana, San Juan, Buenos Aires y Barcelona.

En Panamá, el Festival lo organiza el Grupo Experimental de Cine Universitario (GECU), que desde el principio se comprometió con su contraparte guatemalteca en realizar una muestra itinerante de lo mejor del material fílmico y ahora está aliado a la Fundación pro Artes Escénicas y Audiovisuales (FAE), lo que le ha permitido ampliar la actividad a la parte formativa.

CINE DOCUMENTAL

Javier Corcuera vino durante la realización del Festival Ícaro e impartió un taller por tres días sobre “El proceso de creación de una película documental”, ante un entusiasta y numeroso público, en el Centro Cultural de España-Casa del Soldado, y presentando el día miércoles 13 de septiembre su película “Sigo siendo”.

Para este cineasta, no hay diferencia en el cine de ficción y el documental.  Todas son películas y están construidas de fragmentos de realidad, testimonios de personajes históricos, porque todas usan el lenguaje del cine.  Varían las herramientas con las que son construidas.  Corcuera trabaja directamente registrando la realidad, sin hacer recreaciones; cuando ha tocado algunos temas históricos ha trabajado con archivos.  Hay películas como la de Víctor Erice “Al sol del Membrillo” que cuenta el proceso creativo de pintar un cuadro, que es una película de culto.  En “Sigo siendo” cuenta al Perú desde su música popular.  Es partidario de llamar películas a todo, independientemente si son puestas en escenas desde un guion de ficción.  También hay películas que cruzan las fronteras de la ficción y utilizan el documental.

Se considera un cineasta, ese es su oficio, y en el cine documental existe el guion, pero a diferencia del de ficción, no es uno que llevas a la puesta en escena, en el documental el guion atraviesa todas las facetas de hacer una película. Se hace guion durante la investigación, se hace durante el rodaje, durante el montaje.  Son procesos distintos, el de la ficción y el documental.  Comparten algunos métodos pero en otros son muy diferentes.  Lo interesante es que nunca sabes lo que estás haciendo, no hay un mapa, haces algo sin saber qué va a salir, no decides cuál es el final.

También hay diferencias entre las películas documentales.  Si están basadas en hechos históricos, si trabajas con testigos directos te llevan a realizar una película que a lo mejor no era la que te habías pensado.

Javier Corcuera colabora con muchas escuelas de cine, y con el Instituto de Cine de Madrid se dedica a hacer películas y de manera constante compartir su experiencia con jóvenes realizadores que empiezan a hacer cine documental. Encuentra en América Latina un potencial enorme por la falta de formación en el cine en general y en el documental en particular.  No hay muchas escuelas públicas y en ciertos países simplemente no existen.  Eso es muy grave, es como querer tener médicos sin escuelas de medicina. Ese agujero se profundiza en el cine documental.  La escuela emblemática es la cubana, y después la argentina.

Este cineasta estudió en la Universidad Complutense de Madrid, y su filmografía está producida en España.  Entre sus más destacadas está “La guerrilla de la memoria”, que es la historia de los que después de que terminó la Guerra Civil española siguieron combatiendo.  Es una historia oculta, tapada, porque el régimen franquista siempre negó que hubiera resistencia, pero la hubo, y constaba de unos cinco mil guerrilleros organizados por toda España, que no aceptaron la derrota y siguieron luchando, se les conocía como los “maquis”.  El régimen los señalaba como bandoleros, y se intentó ocultar su existencia, no solo durante el franquismo sino también en la democracia, que no los reivindicó como los últimos soldados de la república.  Y tomó lugar desde el año 1939 hasta 1952, ese año murió el último maqui, un gallego al que le llamaban El Piloto, todo un personaje.  Fue una resistencia muy larga.

En la película “Invisibles”, coproducida por Javier Bardem, se cuentan cinco historias, con cinco directores, cada uno con un conflicto en un lugar del mundo.  Javier Corcuera rodó el tema sobre la guerra interna en Colombia.

Ha quedado sorprendido del poco apoyo gubernamental a la producción de cine en Panamá.  Javier trabaja en el ayuntamiento de Madrid que promueve la producción de documentales.  Son importantes los grandes festivales y los pequeños festivales, para poder ver las producciones de nuestros países.  Sobre Netflix, le parece muy buena la plataforma, hay que repensar cómo se va a divulgar la producción cinematográfica a futuro.

Las leyes de cine son fundamentales para el desarrollo de la industria de cine salvo que quieran que sus países no tengan cine, que no recojan su memoria.  El país más avanzado en este tema es Francia.

En “Sigo siendo” toca de alguna manera el conflicto que se verificó en Perú con Sendero Luminoso.  Tiene que realzarse mucho lo que pasó, hay que hacer memoria para que nunca más vuelva a suceder.

En sus palabras, “Sigo siendo” es una película sobre un país oculto.  “Desde la música y desde los grandes maestros de nuestra música, la película cuenta la diversidad cultural peruana, la complejidad del país, su pasado y su presente.  La película es una historia de retorno, los personajes vuelven a sus lugares de origen, donde compusieron sus primeras melodías.  Personalmente este documental es también una forma de retorno, una deuda con un país que dejé atrás, un lugar por contar y cantar”