Por Mariela Sagel. Facetas, 29 de mayo de 2016
Con una puntualidad rayando en la mítica alemana, se presentó en la Librería El Hombre de la Mancha el libro “La Noche de los Alfileres”, del escritor hispano-peruano Santiago Roncagliolo, puntualidad que fue cuestionada por algunos que llegaron pasados unos minutos de las 6 de la tarde, porque aquí seguimos pensando que todo empieza a “la hora panameña”. Es que el joven autor tuvo una jornada larga y extenuante en nuestro país, donde regresó después de diez años (desde que ganó el Premio Alfaguara en 2006 no había vuelto) y fue recibido por un ejército de soldados afectuosos, que no le perdieron pie a las tres presentaciones públicas que hizo y algunas de las privadas.
Santiago Roncagliolo es peruano de nacimiento, pero pasó algunos años de su temprana infancia en México, donde fue a vivir su familia cuando sufrió el exilio del gobierno de Morales Bermúdez. Extrañaba la vida laica y hasta cierto punto desprejuiciada del Distrito Federal, donde asistía a un colegio mixto y en camiseta de protesta, junto a otros hijos de exilados latinos a partir de que regresó al Perú y el golpe que significó para él, en plena adolescencia y los peores años del terrorismo que azotó a su patria durante los años en que Sendero Luminoso activaba una atmósfera de miedo en su natal Lima. Su padre es actualmente el embajador de Perú en España y anteriormente fue Canciller, y es un renombrado sociólogo y periodista peruano. Creció en una casa donde se leía y se veían películas, en ese tiempo en formato Betamax, y de allí su sólida cultura literaria y fílmica. Es además de escritor, periodista muy activo, bloguero, guionista, traductor e hincha del Atlético de Madrid.
LA AGENDA DEL ESCRITOR
Invitado por la Embajada de España, el «rock star» de la literatura, que fue “fichado” en 2010 como uno de los 22 mejores escritores en español menores de 35 años, tiene apenas 41 años y vive en Barcelona hace 16. En Panamá, además de estar en un par de recepciones diplomáticas que coincidieron con su visita, una en ocasión de la celebración del Congreso de Literatura Panameña y otra en honor de Susana Bacha, la ex ministra de cultura y cantante peruana que coincidió esa semana con él en nuestro país, dictó una conferencia magistral sobre el impostor de Cervantes, reseñada magistralmente a su vez por Daniel Alarco en Facetas del domingo pasado. También formó parte de los panelistas de la reunión de literatos panameños con el tema “El terror en la literatura latinoamericana” y remató la semana con la presentación de su libro, que apenas fue lanzado por el sello Alfaguara en marzo de este año, por lo que llega temprano a nuestras orillas, aunque se puede comprar en formato electrónico.
Su tema recurrente son los miedos, también la afición a leer que a su juicio aumenta cada día sobre todo entre la juventud, y el gran papel que juega la sociedad tecnológica actual en la interacción entre los individuos. Dice no ser erudito en el tema de Cervantes pero reveló instancias del segundo libro del Quijote que dejó pasmados a los académicos allí presentes. Y tiene una facilidad innata para el humor, sin el que no se puede vivir y disfrutar la vida.
Y aunque parezca contradictorio el tener miedos y gran sentido del humor, este libro es una especie de exorcismo autobiográfico de su juventud, fraccionado en cuatro personajes que tienen una revoltura de hormonas y conflictos existenciales, que los conducen a una noche muy larga donde relucen los alfileres.
LA LARGA NOCHE
Alejándose hace ya unos años de los temas escabrosos de una trilogía que lo metió en muchos líos, Santiago Roncagliolo nos ofrece en esta refrescante, hasta cierto punto divertida, pero muy reflexiva obra un banquete de miedos y cómo afrontarlos.
Se podría interpretar, en algunas ocasiones, que los miedos son inseguridades que todos tenemos, y así las proyectamos. En este caso hay un poco de todo y se recrea en una atmósfera donde el terrorismo y los atentados están a la orden del día, así como los apagones que ocurrían tan puntuales como empezó su presentación.
Los protagonistas de “La Noche de los Alfileres” son cuatro chicos en plena adolescencia, en un colegio de hombres, con cuadros familiares complicados, azotados por una profesora estricta que raya en la tortura. En este medio, se disparan los deseos escondidos, el descubrimiento de la sensualidad, las inclinaciones sexuales reprimidas y toda una serie de actividades conexas, como lo es el consumo de películas y carteles pornográficos a escondidas de los mayores y el fracaso escolar, además de una pésima conducta en los salones de clases y predios escolares.
Insiste Santiago que cuando él regresó a Perú, tuvo que reírse de chistes que no entendía y enfadándose por insultos que no sabía lo que querían decir, por los códigos bestiales que manejaban los chicos de su generación, que mientras más se acercaban a la revoltura de hormonas que se experimenta en la adolescencia, más violentos se ponen.
En un interesante manejo por capítulos, donde cada uno de los cuatro amigos hablan, cuatro desadaptados en un medio “bien” al borde los barrios pobres de la capital peruana, se van desdoblando las personalidades, conflictos, afectos y se llega a verdaderos clímax de expectativas sobre qué es lo siguiente que sucederá, qué ocurrencia tendrán esos cuatro bribones que se llaman Manu, Moco, Beto y Carlos. Los cuatro adolescentes no necesariamente pertenecen a una clase privilegiada pero van a un colegio jesuita y sufren lo que hoy se conoce como “bullying” por parte de sus compañeros y hasta de sus superiores. Tienen mucho que esconder de sus padres, escenas que se van develando poco a poco, y el final no necesariamente es feliz, pero nos deja pensando profundamente sobre otras alternativas de finales, ninguno que sería posible en un medio violento o aterrorizado como el que se vivía en el Perú de inicios de los años ’90.
Roncagliolo es también guionista de telenovelas y abrazó el mundo tecnológico hace unos años al publicar por entregas, en 9 capítulos, el magnífico libro “Oscar y las mujeres”, que después fue impreso y que está pendiente de que se produzca en una serie, que seguramente será muy atractiva. Ha dicho en entrevistas que la red ha convertido al lector en escritor, en un generador de contenido que opina y crea con el autor. Mientras algunos profesionales del gremio temen a las nuevas posibilidades online, el escritor afirma que su filosofía es más bien aprovecharse de la situación y jugar con sus lectores.
Y vaya que lo hace, es un ameno tuitero y también publica regularmente en El País, hace entrevistas y opina sobre política de Perú, de España y sobre todo, los goles que quiere que meta el Atlético por su jugador estrella, Sergio Ramos. Pregona que las mujeres somos más inteligentes que los hombres y que el manejo de los miedos de unos y otros es diferente, así como la manera de enfrentar las adversidades.
“La Noche de los Alfileres”, además de trepidante y amena, es una profunda reflexión sobre todos los miedos que pueden asaltar a una ciudad, a un país y a una sociedad, cada día más expuesta a circunstancias violentas que genera más violencia. Una sociedad que se puede desinflar pinchándola con alfileres.