Por Mariela Sagel, 1o. de junio de 2020, El Siglo de Panamá

     A partir de hoy, 1º. de junio, entramos en la etapa 2 de lo que se insiste llamar “nueva normalidad” y que yo llamo “nueva realidad”.  Además de la apertura de ciertos sectores de la economía, seremos libres de salir cuando queramos, a la hora que queramos y por el tiempo que queramos.  Toda la responsabilidad recae ahora en nosotros y allí es donde veremos de qué estamos hechos los panameños.

     Debemos extremar las medidas sanitarias que ya deben ser parte de nuestra rutina, como es el uso de mascarillas, el lavado de manos y el distanciamiento social.  No debemos bajar la guardia por muy libres que ahora nos sintamos.  Los que se integren a sus trabajos presenciales, deben hacerlo con cautela y sin descuidar lo ya advertido.  Los que no tenemos nada que hacer en la calle, quedémonos en casa, si a los que no les gusta ya deben haberse acostumbrado y a los que nos gusta, pues seguir en lo que veníamos haciendo.  Las reuniones virtuales, que se han convertido en la forma más eficiente de discutir un tema, deben mantenerse. Esto no solo cuida la salud, sino que ahorra tiempo, combustible, desplazamientos y hasta dinero, por el pago de los estacionamientos.

     Debemos igualmente entender que el relajamiento de las medidas de confinamiento no es una carta en blanco para hacer lo que nos venga en gana.  No debemos buscar lo que está quieto.  Un repunte de los casos nos expone a que volvamos a las estrictas medidas que veníamos observando hasta ahora, con el consecuente incremento de personas contagiadas y hasta muertas. 

     En lo particular, voy a seguir cuidándome y cuidando a mi madre, a la que tengo que llevar a diálisis dos veces a la semana, lo que nos expone al contagio.  Y seguir los protocolos sanitarios que hemos adoptado que, en mi opinión, deben adoptarse como medidas permanentes en el manejo de las relaciones entre familiares, amigos y compañeros de trabajo.