LA VERDADERA AMENAZA
Por Mariela Sagel, 23 de mayo de 2016. El Siglo
Luego de casi dos meses de estar bajo el fuego, primero por los #MossackFonsecaPapers y ahora con la inclusión en la lista Clinton de los negocios de los Waked, leí que el común de los panameños no tiene interés en eso, ya que está muy ocupado en resolver cómo llegar a fin de mes, cómo mitigar el alto costo de los alimentos y de la vida, en general.
Como la educación no es prioridad para éste ni los anteriores gobiernos, no nos hemos dado cuenta que el verdadero enemigo de Panamá es el cambio climático. Y hago la correlación con la falta de educación porque ahora que empezaron las lluvias, que ha cambiado bruscamente el tiempo en esta parte del país, lo que uno ve que sale de los ríos es basura, colchones, sábanas, artefactos, toda clase de porquerías, que no tienen que ser tirados a los ríos, deben ser reciclados y así ayudar a mitigar un poco el desperdicio.
La falta de vegetación, la indiferencia en la deposición de los desperdicios, contribuyen tremendamente a agudizar los problemas de esta ciudad, que no se caracteriza por tener una infraestructura sólida, especialmente en el tema del agua. Se sigue botando agua sin misericordia y no somos conscientes, a pesar de algunas campañas de concientización en los medios, de cuánto daño le hacemos al planeta.
Nuestro país tropical, que impresiona por sus edificios modernos, el Manhattan de Centro América, debe tomar control del abuso que se le está dando a sus recursos naturales, y entender que debe contribuir a mitigar el cambio climático. Eso se hace con políticas públicas bien establecidas, pero también con iniciativas ciudadanas, particulares, gremiales y hasta estudiantiles. Hay que hacer una gran cruzada por tener un Panamá más limpio, más responsable, más decente y más humano. Solo así es que podemos estar en el ojo de los mejores países del mundo, pero no por ser cueva de delincuentes o evadir impuestos.