MARIELA SAGEL
El Siglo, 25 de marzo de 2013
El desastre que ha ocurrido en el vertedero de Cerro Patacón, que mantiene enrarecido el ambiente de la ciudad y sobre el cual ninguna de las instituciones vinculadas se ponen de acuerdo para explicar qué lo causó, no solo emerge como una nube de humo, sino que advierte que nuestra calidad de vida en la ciudad está amenazada por la irresponsabilidad de todos, no solo del Estado.
Es tan fácil dejar de producir más basura de la que podemos manejar. Si reciclamos en casa, solamente tendríamos que bajar al día una bolsita de basura con los desechos orgánicos (restos de comida, cáscaras de frutas y vegetales y algunos envases que no se pueden reciclar, como los de yogur, por ejemplo).
De esa manera, en un tambucho se coloca el papel periódico, el papel blanco y los envases de tetra-‘pack’; en otro el plástico (altamente contaminante si se quema), uno más para las latas (que siempre las buscan entre la basura los que viven de ellas, rompiendo las bolsas plásticas que recogen los camiones de la Autoridad de Aseo). El vidrio también se recicla, por lo que habría que apartarlo, y cada semana se acopia y se lleva a un centro de reciclaje.
Este proceso puede representar un pequeño negocio para una comunidad, un edificio o una urbanización. Además de generar ingresos, le queda a uno la satisfacción de aportar algo al sostenimiento del planeta, que está tan amenazado. Ni hablar de lo amenazado que está Panamá. No hace ni un mes hubo un apagón a nivel nacional, del cual no se ha explicado quiénes fueron sus responsables, y estamos al borde de superar la capacidad de generación instalada, previendo que vendrán apagones pronto. Por un lado vuelan los proyectos de modernización de la ciudad y por otro, se deteriora la calidad de vida de los que vivimos en ella. Ya ni aire puro puede uno respirar. El ruido va en aumento, la contaminación ni se diga, la canasta básica y el combustible alcanzan precios récord y seguimos aguantando.
Para paliar un poco tantos problemas con los que tenemos que lidiar, les propongo que iniciemos una gran concienciación sobre las ventajas del reciclaje, el apoyo a grupos como Roba Morena, que hace ferias de reciclaje cada mes y llevan adelante su mensaje de responsabilidad social sin alharacas. Es lo más sencillo del mundo y si lo empezamos en nuestros hogares, se puede replicar en las escuelas. Reciclaje debería ser una materia obligatoria en reemplazo de que antes teníamos como Educación para el Hogar.