Por Mariela Sagel, en La Estrella de Panamá, 4 de julio de 2021.

Recientemente, y gracias al levantamiento de todas las medidas de bioseguridad establecidas por la pandemia de la COVID-19, nos reunimos en un almuerzo los embajadores de América Latina con la Turkey Latin American Bussiness Council (DEIK) y su presidente, Aykut Eken se refirió a cada uno de los presentes con eventos puntuales que han marcado las relaciones entre Turquía y nuestros países.  Se había celebrado una conferencia en Antalya recientemente, donde asistieron más de 45 cancilleres y 10 jefes de estado de diferentes países (lamentablemente Panamá no participó) y los incumbentes estaban contentos porque el presidente Erdogan había mencionado a América Latina en tres ocasiones durante su discurso.

     Para aquellos que cuestionan la importancia o le restan relevancia a las relaciones de nuestro país con esta potencia, miembro del G20, la 17ª economía en el mundo, y que, a pesar de todos los embates, siempre se recupera, vale la pena recordarles que, a partir de la década de 1990, esas relaciones dejaron de estar estancadas (fueron establecidas, la mayoría, desde hace 70 años) para ponerlas en un plano de importancia.  En 1995 el presidente de Turquía visitó Chile, Brasil y Argentina y en 1998 se inició un plan de acción para los países de la región, incluyendo el Caribe, dentro de los marcos regulatorios que permitirían aprovechar e incentivar las relaciones bilaterales. 

     En 2006, gracias a los incentivos que propuso el entonces ministro de Relaciones Exteriores al declarar ese año como el “Año de América Latina”, se estableció el Consejo de Negocios Turco-Brasileño, bajo el liderazgo de DEIK.

     DEIK es una organización que tiene como misión el impulsar las relaciones entre Turquía y los países con los que comercia, desde que se fundó, en 1986.  Se ha avanzado mucho todos estos años incrementando el intercambio comercial, propiciando que empresas turcas entren a nuestros mercados y multiplicando las inversiones extranjeras dentro de Turquía.  Todo esto se ha logrado gracias al apoyo de noventa y siete organizaciones que representan la mayoría de la comunidad de negocios turca.

     Uno de los puntos más importantes es la coordinación de esfuerzos conjuntos a fin de identificar, evaluar y divulgar información relacionada con intercambio comercial e industrial, inversiones y cooperación tecnológica, y la organización de seminarios de negocios, almuerzos, recepciones, etc., para reunir a sus miembros con delegaciones que visiten el país, sea de empresarios, altos funcionarios de gobierno y organizaciones no gubernamentales interesados en Turquía.

     DEIK tiene bien claro que existe un enorme potencial en América Latina, especialmente, en el comercio bilateral.  Con el apoyo decidido del Ministerio de Relaciones Exteriores se busca establecer más consejos de negocios en otros países.  Se están conduciendo estudios para medir el interés de los empresarios en Turquía y también haciendo consultas con sus contrapartes en nuestras naciones.

     Además de ser Chile el primer país latinoamericano que reconoció la República de Turquía en 1923, el intercambio entre ambos ha ido en aumento al punto de que es uno de sus socios comerciales más importantes.

     Así como DEIK cree firmemente que las relaciones comerciales constituyen una base firme para alianzas, también considera una amplia gama de cooperación, como son las oportunidades de educación, seguridad, energía, turismo, tecnología y todo un listado de intereses que nos unen a nivel global.  Turquía es, para muchos, un sitio que quieren visitar gracias a la “turcomanía” que desde hace años impera en nuestra región.

     Turquía, al igual que Panamá, es un país que nos hace ser importantes por sus posiciones geográficas estratégicas.  Turquía entre el este y el oeste, pero también entre norte y sur, igual que nuestro pequeño istmo, por eso que ambos tenemos “hub” de conexiones de mucha importancia.  Este antiguo imperio otomano es producto del cruce de las civilizaciones más importantes del mundo y es muy típico decir, no solo “dónde está” sino “qué es lo que es y lo que ha sido”, por todas las oportunidades que representa.  Turquía es un punto medular de equilibrio en un mundo donde se juega el liderazgo de las potencias mundiales.  Es así que lo que representa el país euroasiático no solo está definido por su posición geográfica, sino por su sostenido crecimiento económico y fortalezas políticas, tecnológicas, académicas, de entretenimiento y de salud, entre otras.

     Las empresas de construcción turcas son calificadas como las más profesionales y cumplidoras del mundo, y no han participado de la fiesta de proyectos de infraestructura que ha tenido Panamá, cuyo monopolio lo han controlado consorcios que han dejado un lastre de corrupción e incumplimiento.  Es hora de revisar esos temas también y esa es parte de la obligación que, como representantes del país, estamos haciendo.