Por Mariela Sagel, 10 de marzo de 2025, El Siglo de Panamá
Estamos desbordados de días internacionales (y nacionales) que intrínsecamente tienen un mero propósito comercial, pues entre Hallmark y otros generadores de tarjetas, gimmicks y demás tonterías, tienen un motivo para rentabilizar sus productos, además de una excusa para hacer agasajos en instituciones y todo lo que tercie.
Ayer se celebró el Día Internacional de la Mujer en todo el mundo, y muchos se dieron a la tarea de inundar las redes con felicitaciones, desconociendo el origen de esta celebración, cada 8 de marzo, y que es una fecha que conmemora la lucha por la igualdad de derechos, la justicia y el reconocimiento de las mujeres en todos los ámbitos de la sociedad. Su origen se relaciona con las movilizaciones de mujeres trabajadoras a finales del siglo XIX y principios del XX, que exigían mejores condiciones laborales, derecho al voto y equidad de género.
La fecha fue oficializada por las Naciones Unidas en 1977, y actualmente es un día para reflexionar sobre los avances logrados, visibilizar las desigualdades que aún persisten y seguir impulsando cambios hacia una sociedad más justa e inclusiva.
Y con los tiempos que corren, que en Estados Unidos quieren eliminar fondos federales para apoyar la ciencia si contienen la palabra “mujer”, debemos reflexionar sobre lo que se puede perder después de tantas luchas.
No estamos celebrando nuestra virtuosidad, belleza ni todos nuestros otros maravillosos atributos. Estamos CONMEMORANDO la lucha que aún continúa. Que no se les olvide porque vamos para atrás en los tiempos que corren.
Así como en muchos países se han conseguido reivindicaciones que colocan a las mujeres en el lugar que se merecen, no por su belleza o por su capacidad de gestar vida, sino por su inteligencia y fortaleza, en otros países no se avanza, sino por el contrario. En Panamá, a pesar de que habíamos avanzado, vemos con cierta alarma que en esta gestión no se están valorando a las mujeres capacitadas y profesionales para posiciones de decisión y se está creando un desbalance que es sintomático del rumbo que está tomando la nación.