Por Mariela Sagel, en El Siglo, 3 de mayo de 2021.
En artículos anteriores he tocado este tema, pero ahora lo estoy viviendo en todo su esplendor por la llegada de la primavera y el rebrote de toda la vasta flora de esta área del Asia Menor.
Yo nunca había estado en un país donde hubiera tantas floristerías y tan seguidas una de otra como en Turquía. Además, están equipadas con todas las cintas, papeles, tules, ligas y, sobre todo, ojos, los típicos ojos turcos que le ponen a cada ramo o maceta que compras. También te incluyen un sobrecito, sobre todo para las flores cortadas que se ponen en jarrones, que es para que duren más, especie de alimento, como el que se les pone a los pinos de Navidad.
Los viveros están que rebosan de color y de plantones a unos precios super accesibles. Aquí se acostumbra a regalar orquídeas para eventos, cumpleaños, pésames, saludos, y las hay en colores inimaginables. Los tulipanes, que son originarios de Anatolia, o Asia Menor, han tenido su temporada y los encontrabas en diferentes colores y también de los que tienen dos colores. Representan un espectáculo digno de verse.
Los jardines públicos parecen diseñados por artistas y se nota el cuido que le da la municipalidad. Es muy típico ver en las laderas de las carreteras verdaderas obras de arte, al punto del preciosismo, con una magnífica combinación de colores. En las casas no solo han vuelto a brotar las jardineras llenas de flores de colores, las hortensias, begonias, rosas y de cuanta especie hay, sino las enredaderas que durmieron su sueño invernal y despertaron con entusiasmo.
Es tan fuerte el compromiso que se tiene con el paisajismo aquí que la entidad gubernamental se llama Ministerio de Agricultura y Forestación. Los parques son un deleite y todas las áreas públicas son mantenidas por el respectivo municipio.