“Todos a leer” es el tema adoptado para la promoción y celebración de la V Feria Internacional del Libro de Panamá, a celebrarse en esta ciudad del 19 al 23 de agosto próximos. Su empaque publicitario es impecable, habiendo seleccionado a cinco relevantes figuras de las manifestaciones destacadas que se dan en Panamá para ser sus voceros: el arquitecto Ignacio Mallol, la pintora Olga Sinclair, el compositor Omar Alfano, el atleta César Barría (el que cruzó el Estrecho de Gibraltar a nado) y el intérprete de reggae pop —como se define él mismo— Joey Montana. Todos testimonian su amor a la lectura en las cuñas elaboradas para este propósito, con énfasis en sus preferencias. Hizo falta el político que cultive este hábito.
El país invitado a esta quinta versión de lo que empezó siendo un sueño hace diez años es Perú. Aunque no se ha confirmado la asistencia de los grandes de las letras peruanas, se presentará una exposición itinerante “La Libertad y la Vida” , que recorre la vida de Mario Vargas Llosa, con testimonios de sus vivencias.
Siendo Perú un país que, como Nicaragua, es un semillero de poetas, se anticipa una representación amplia de autores de ese género. Igual participación se espera de la gastronomía, que está entre las mejores del mundo y produce sendos volúmenes donde se indican pormenorizadamente los pasos a seguir para lograr un plato sensacional. La feria tendrá una muestra de cine y entre los que participarán en ella está Cecilia Llosa.
Otros autores han adelantado que vendrán, como los colombianos Daniel Samper e Isabella Santodomingo, y el mexicano Álvaro Enrique. Como atractivo cultural, la Cámara Panameña del Libro, rectora de la feria, celebrará el concurso “La Pluma de Oro” , dirigido a niños y jóvenes, cuyo tema central será “Los comentarios reales” del Inca Garcilaso de la Vega.
El día de la presentación, muy concurrida tanto por medios de comunicación como por aficionados a la lectura y los libros —como yo— se mencionaron los esfuerzos iniciales para organizar este evento y le correspondió a los directivos y miembros de la mesa principal darle un justo reconocimiento al alcalde saliente, Juan Carlos Navarro, quien apoyó desde sus inicios la realización de la feria, especialmente enfocándolo a la niñez panameña y reconociendo que allí es donde se siembra. Es imperativo que las autoridades tanto locales como nacionales, en este momento electas, den su espaldarazo a este evento como un proyecto de Estado y no desaprovechen la tremenda oportunidad que representa convertirnos en las expectativas del continente, por lo menos, en cuanto a lo cultural se refiera, aunque sea cada dos años.
Hace falta que el comité organizador resuelva importantes temas como actualizar su página web, definir la agenda de todas o por lo menos, las más relevantes actividades que allí se realizarán y, sobre todo, alejar la feria de lo mundano y trivial, aunque esto sea lo que venda. Todos esperamos que, tanto del país invitado como de otros, vengan escritores de renombre y que este evento, el más importante a nivel cultural y el que ofrece un espacio destacado a la industria editorial de la región, vaya en ascenso en cuanto a afluencia como a apoyo tanto de parte del gobierno como de la empresa privada. Después de la confusión que causó la chiricana en el concurso de belleza y la mediatización y banalización de los mensajes tanto políticos como electoreros, nos merecemos una vuelta al raciocinio.