Puiblicado en El Siglo, el 22 de enero de 2024.

Es importante que los panameños tengamos muy claro cómo funciona el Canal, para defender el manejo prístino que ha hecho nuestro país.

No hay evento oficial o social donde asista en que no me pregunten sobre el problema del agua en el Canal de Panamá. Entiendo la preocupación de quien lo hace, sin mala intención, pero casi todos, o todos, denotan una falta de conocimiento increíble sobre la vía acuática y cómo funciona. 

Me pregunto: ¿somos los panameños los culpables de no divulgar de cómo funciona el Canal de Panamá? ¿O simplemente hemos dejado al entendimiento de que el canal NO es un paso a nivel, sino que depende de las aguas dulces de dos lagos artificiales que se alimentan del agua de lluvia que cae abundantemente sobre nuestro bendecido istmo?

He escuchado a versados diplomáticos preguntarme que cómo es posible que tengamos falta de agua si estamos rodeados de ella.  También hay la creencia de que el canal está construido mediante piscinas.  Me he pasado casi cuatro años explicando cómo funciona el canal, a los parlamentarios, a los estudiantes, a los clubes cívicos, a quien me lo pida. Pero persiste el desconocimiento y siguen los cuestionamientos.

En Türkiye, que también está rodeado de mares (Mar Negro, Mar Egeo, Mar Mediterráneo y Mar de Mármara) y donde transcurren dos estrechos (el Bósforo y los Dardanelos) que son vitales para el suministro de bienes para muchos países, no hay problema para que los barcos transiten, porque como son parte de los mares en los que parten y desembocan, usan el agua que por allí fluye.  De allí la falta de compresión sobre el problema del Canal de Panamá.

Es importante que todos los panameños tengamos muy claro cómo funciona el Canal de Panamá, no solo, para rebatir a quien venga con alguna catilinaria de por qué no está funcionando a máxima capacidad, sino para defender el manejo prístino que ha hecho Panamá de su más preciado bien.

Embajadora de Panamá en Türkiye