Por Mariela Sagel, en El Siglo, 7 de febrero de 2022.
Esta pandemia ha sacado lo mejor y lo peor de cada uno de nosotros. Una de las más patéticas, que seguro será estudio de sociólogos o sicólogos es las teorías de la conspiración que se ha apoderado de las mentes algunas muy preclaras, pasando por los infinitos ignorantes que se creen todo lo que sale en las redes ha sido de la que la vacuna injertaría un chip en el cuerpo humano o que los volvería estériles. Y como hay una cantidad de imbéciles que se creen todo lo que leen las redes sociales, pues así estamos, con el 90% de las personas que mueren que no se han vacunado y otros que insisten en que se van a proteger del virus con brebajes de brujos y yerbas naturales.
A estas alturas de la pandemia, después de casi dos años, es inconcebible que haya estos locos de atar difundiendo y creyendo esas mentiras. Desde que nacemos nos vacunan y no nos preguntan si lo hacen o no. A las mascotas no solo las vacunan, sino que las desparasitan, que es lo que debía hacer con todo estos antivacunas que tanto daño hacen a los que los leen en las redes sociales.
Menos mal que los países civilizados han impuesto estrictas medidas de ingreso hasta a restaurantes con el pasaporte COVID, y eso también lo están implementando en Panamá, en algunos locales. Hay gente que vive creyendo que el mundo está tramando una conspiración contra la humanidad, que si los chinos, que si los rusos, se inventan unas cosas que solamente tienen sustento en sus ignorantes cerebros. No leen, no estudian, simplemente se guindan de su Twitter a verter su daño a la humanidad. La WHO ha detectado unos 1,253 bulos sobre la vacuna.
Unos de los desarrolladores de la vacuna de Pfizer es un matrimonio de origen turco, Ugur Sahin y Özlem Türeci, en cuyo honor se emitirá un billete de euro en una fecha próxima. ¿Y tú, ya te vacunaste?