Más espionaje en 4 años
MARIELA SAGEL
El Siglo, 22 de julio de 2013
Como los panameños tomamos todo deportivamente, el hecho de que nuestras conversaciones, nuestra correspondencia y nuestros chats estén pinchados —no lo digo yo, lo ha dicho hasta el busero del Estado— pareciera que nos tiene sin cuidado, jineteamos los números, usamos tarjetas sims casi como papel higiénico para despistar a los pinchadores y hasta nos cuidamos de hablar en clave para despistar. Y esta ola de pinchazos pareciera que se hace eco de lo revelado por la National Security Agency de Estados Unidos (con escándalo incluido a nivel mundial), atrincheramiento de un desertor de esa agencia de espionaje en Rusia, la afrenta que varios países le hicieron al presidente de Bolivia al no dejarlo aterrizar por sospechas de que llevaba a bordo al sujeto y hasta repercusión de pinchazos en El Vaticano. En esta era en la que toda nuestra vida está expuesta por Twitter o Facebook, no hay secreto que quede impune, y si no que lo diga el recién ‘abdicado’ aspirante a la candidatura a alcalde, de quien se dice fue empujado a esa decisión por grabaciones comprometedoras. Igual que el anterior alcalde bailarín.
No comprendo entonces por qué la señora Balbina Herrera es llevada a juicio por revelar correspondencia entre el presidente y un capo italiano que está enjuiciado por pagar sobornos a funcionarios panameños. El mismo presidente ha dicho, cara a cara y con premeditación y alevosía, en asamblea de empresas en las que tiene intereses, que cuenta con un dossier de cada uno de ellos (y supongo que de todos nosotros). Las acciones que ha emprendido la Dirección de Ingresos contra periodistas que critican al Gobierno, las menciones públicas de errores que han cometido conocidos periodistas en su pasado, y la guerra de tuits que se dio recientemente entre un diputado que osó criticar al presidente (él alega que el diputado lo odia) no nos dejan duda de que estamos a merced del espionaje gubernamental. No creo que las 15 mil cajas de Noriega se comparen con lo que debe tener este Gobierno que en 4 años ha espiado más que en 40.
Alguien me envió una nota recientemente que se refería a que todos tenemos una vida privada, una vida pública y una vida secreta. Esa aseveración la leí en el libro biografía de Gabo, escrito por Gerald Martin. Los funcionarios se quejan de que se meten con su vida privada, pero el Estado se mete con todos y en todos los temas, todo el tiempo.
Definitivamente que en 4 años hemos quedado en manos de los escuchas del Estado.