MARIELA SAGEL
La Estrella de Panamá, 2 de octubre de 2011
Mónica tiene en su haber valiosas publicaciones sobre historia del arte, que es su especialidad, y ha sido constante en su deambular por estos senderos, muchas veces incomprendidos y otras veces vistos como destinados a una élite. El libro destaca la participación de mujeres panameñas y extranjeras en las artes plásticas, en la danza, fotografía y cine (aún incipiente), literatura, música y teatro en nuestro patio. Gracias al valioso apoyo que al final, para que se hiciera realidad el anhelado proyecto, le dio el Instituto Nacional de Cultura y el Comité de Cultura del Despacho de la Primera Dama, que preside Adriana Lewis de Vallarino, quien también fue presidenta de la Junta Directiva del Museo, el volumen de lujo vio cristalizada su publicación. También recibió el apoyo del Convenio Andrés Bello, el Banco Nacional de Panamá, la Fundación José Llopis y la Fundación Eduardo Morgan y en sus inicios, del Banco Interamericano de Desarrollo, que puso el capital semilla para poder iniciar la investigación. La Prof. Yolanda Crespo publicó el jueves 29 pasado un enjundioso recuento del libro.
Leyendo el prólogo y agradecimientos, se presenta la historia del arte de Panamá en el siglo XX, desde el punto de vista de la creatividad femenina en los campos señalados. Las mujeres han participado en todos los campos de la cultura y sus nombres aparecen en los libros y artículos publicados, pero en número limitado o con menos detalle que los hombres, con la notable excepción de la danza. Es por esta razón que la Dra. Kupfer se motiva a emprender este monumental proyecto de crear, editar y publicar una historia de las mujeres en las artes en Panamá.
Como casi todas las que tuvimos la dicha de ser sus alumnas, Mónica contó con el respaldo y la guía de la Dra. Angela de Picardi, nuestra magnífica profesora de Historia del Arte en las Esclavas, que aún hoy día nos sigue la pista a las que fuimos sus alumnas y de alguna manera contribuimos a enaltecer ese bagaje que ella nos supo imprimir cuando era una estricta docente de una juventud rebelde, que le tocó vivir los sucesos mundiales de 1968. Aunque privilegiadas —y aisladas, por estar en un medio muy cerrado—, tuvimos nuestras expresiones de rebeldía. Hoy día, Angela es nuestra amiga, nuestra conductora, esa voz que nos dice, a cada una de la pléyade de talentos que le tocó formar, que estamos por el camino correcto y, sobre todo, señala cuáles críticas que nos hagan son a todas luces, injustas. Nos anima a seguir. La Dra. Picardi, aunque no es panameña, es más conocedora de nuestro valor cultural e histórico que muchos de nosotros y, afortunadamente, en los últimos años hemos podido contar con su orientación, siempre en la búsqueda de la excelencia y de la justicia con que se juzgan las manifestaciones culturales.
Este libro está bellamente ilustrado y entiendo que el proceso de selección de las fotografías, tanto históricas como actuales, fue uno de los más cuidados. Ojalá que se haga una edición más económica para que la mayoría de la población tenga acceso a tan vastos conocimientos que allí se vierten y sea de obligatoria consulta en las escuelas.