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MUSEO RAHMI M. KOC EN ANKARA

Por Mariela Sagel, Vida y Cultura, 6 de noviembre de 2020, La Estrella de Panamá

El museo industrial, primero en su clase en la ciudad, presenta una variedad interesante de objetos dedicados a mostrar el desarrollo de la industria automotriz y ferroviaria en un momento de la historia

En el popular barrio de Ulus, que es un centro vivo de la ciudad de Ankara, donde hay desde edificios viejos hasta los más novedosos comercios, justo enfrente del castillo de Ankara, que es uno de los símbolos de la ciudad, está el museo Rahmi M. Koç, dedicado a mostrar el desarrollo de la industria automotriz y ferroviaria, pero también el modo de vida de una época, la de inicios de la república, que coinciden con el primer cuarto del siglo XX.

No se conoce la fecha exacta de cuándo fue construido el castillo, pero sí que fue asentamiento de los gálatas y posteriormente reparado por los romanos. Sus muros eran utilizados tanto para defensa como para albergar a una población. Todavía hay mística en ese barrio y sus alrededores, donde abundan las tiendas de antigüedades y objetos que los turcos llaman nostálgicos.

Ulus significa “nación” en turco, y fue el epicentro de la hoy capital de Turquía. En la plaza Ulus se reunió por primera vez el parlamento en 1923, recién constituida la república.

Este singular sitio fue escogido por la familia Koç para establecer su museo industrial, el primero en su clase en la ciudad, en el sitio antes conocido como Horse Market. Es una sólida construcción de ladrillo que muestra una variedad realmente interesante de objetos, escenarios, curiosidades, muebles, artículos impensables, como trajes de buceo, un taller de reparación de zapatos, modistería, herrería, exhibición de autos antiguos, así como aviones, en fin, lo que a uno se le ocurra, pero montado en forma temática con mucha sobriedad, con las más avanzadas técnicas museísticas y muy bien señalizado.

El museo Rahmi M. Koç es un viaje fascinante, sin destino ni final, a través del desarrollo de los tiempos”

Su fundador, Vehbi Koç, abuelo de Rahmi M. Koç, fue un coleccionista compulsivo de objetos mecánicos e industriales. Estando vinculado a la industria fue trayendo de Alemania, principalmente, trenes eléctricos cuando sus hijos eran pequeños y fue tanto el furor de hacerse de objetos, que ya no cabían en las casas de la familia, oficinas o almacenes.

El Grupo Koç entró en la industria desde la década de 1960 y tenía vínculos con las principales empresas del mundo en la rama de transporte. Hoy, Koç Holding A.S. es el mayor conglomerado empresarial de Turquía y la única empresa del país que forma parte de la lista de Fortune Global 500, desde 2016. La compañía se formó en 1963 cuando el fundador Vehbi Koç, que había constituido su primera empresa en 1926, combinó todas las compañías que llevaban su nombre en Koç Holding.

Las acciones de las 16 empresas del grupo Koç cotizan en la Bolsa de Estambul. En conjunto, los grupos comprenden un total de 113 empresas, con 9,000 empleados y 14,000 comercios, agencias y personal de servicios de postventa.

Mientras iban acumulando objetos y productos, tanto producidos por ellos como de sus aliados, la familia Koç pensaba qué hacer con tan vasta colección. Uno de los hijos empezó a visitar museos de este tipo en el extranjero, como el Deutsches Museum de Munich, el Science Museum de Londres y el Museo Henry Ford de Detroit. Esa fue la vuelta de tuerca que necesitaban para decidirse a reunir toda la colección, que crecía exponencialmente, bajo un mismo techo y, en este caso, dos.

Primero abrieron un museo en Estambul, mientras iban catalogando las piezas que tenían para agruparlas por tema y, en vista de que algunas necesitaban cierta reparación, montaron un taller para restaurarlas. Encontraron un almacén que fabricaba bebidas espirituosas (así les llaman a las bebidas con contenido alcohólico procedentes de la destilación de materias primas agrícolas como la uva, cereales, frutos secos, remolacha, caña, fruta, etc.) del siglo XII y que se utilizó originalmente para hacer anclas y piezas de fundición de la marina en la década de 1730, cuando regía el imperio otomano. La familia adquirió la propiedad, que había sido devastada por un incendio, en 1991, y el museo abrió en 1993, asemejando su estructura a una iglesia o mezquita bizantina. Tres años después ganó el “Premio Especial Museo del Año” del Consejo Europeo.

El museo en Ankara es un poco más pequeño, pero no deja lugar a dudas de la pasión por coleccionar de esta familia, una de las más importantes de la industria turca. Ha recibido donaciones de objetos muy preciados, especialmente lo concerniente a las mediciones de los terremotos. Data de 2005 el que está en Ulus, y cuenta, además, con una cafetería y una tienda de museo con curiosidades, especialmente para niños.

Valiosas colecciones

De las salas se destaca la dedicada al padre de la patria, Mustafá Kemal Atatürk, con pertenencias valiosas de él, como ropa, sombreros, accesorios de tocador, como peines. También está la galería Rahmi M. Koç, que tiene medallas, placas y los muchos regalos que este filántropo acumuló en su vida.

Una sala dedicada a Mustafa V. Koç, uno de los hijos del fundador de la dinastía, que falleció a los 56 años, con fotos de su familia y sus objetos más queridos, por los que se destacó, en el deporte y en el trabajo. Su vida entera está recreada allí, incluso un rincón de lo que fuera su casa, en su memoria.

De una sala a otra se ve el desarrollo del transporte por carretera, por trenes, por barco, por avión y en todas hay una ficha técnica que le va llevando a uno en cómo fue evolucionando en el correr de los tiempos. De lo más destacado de este viaje en el tiempo es lo que se refiere al Orient Express, y se pueden ver hasta las taquillas que se usaban y libros y carteles que lo anunciaban.

Se reproducen casi de forma real los comercios de la época, la evolución de los motores de vapor y diésel, así como las herramientas de comunicación más antiguas y los instrumentos científicos tradicionales, como las cartas de navegación, los compases, sextantes, astrolabios, cuadrantes y otras importantes herramientas que se usaron en la historia de la ciencia.

Hay una colección de casas de muñecas, de juguetes (los más antiguos de la historia), se muestra cómo se trabajaba la agricultura en tiempos pasados, el desarrollo de la medicina y se recrea tanto un consultorio como una farmacia. De la misma forma tan meticulosa, se muestran distintas técnicas de impresión, algunas muy antiguas.

El museo Rahmi M. Koç es un viaje fascinante, sin destino ni final, a través del desarrollo de los tiempos. Su administración también ofrece la oportunidad de hacer eventos como celebraciones, sesiones fotográficas, exposiciones temporales, reuniones corporativas y el escenario perfecto para una gala temática.